¿De qué sirve que un producto o servicio para llegar al mercado pase por mil y un intermediarios si en cada uno de esos eslabones no se genera valor? De nada. Sin ningún tipo de duda de nada, de nada más que encarecer el coste final para el cliente.
No todos los productos o servicios pueden llegar directamente del vendedor primario al comprador o consumidor final. Eso es así desde siempre y seguirá siendo así en muchos casos. Pero si bien eso es así, e incluso es indispensable y recomendable que en muchos casos sea así, también lo es que cada eslabón que se añade a la cadena debe de estar justificado, debe de aportar valor.
Siempre he sido partidario de un cara a cara, de tu vendes, yo compro, de tu ofreces, yo necesito y llegamos a un acuerdo y punto. Pero es cierto, que en muchos casos, el mundo no es tan simple y pequeño como para poder llegar a todo y todos por nosotros mismos y se requieren de intermediarios. Pero los mismos, como decía, deben de aportar valor.
Y es tarea tanto del vendedor primario de asegurarse de que cada eslabón que se añade a la cadena genera valor, como del consumidor final de exigir o valorar ese valor, como del intermediario, como del eslabón en sí mismo, de encargarse, de generar, mantener y hacer crecer ese valor.
En Pymes y autónomos | La desintermediación en la agricultura y el cooperativismo como vías de mejora en el comercio minorista Imagen | kyezitri