Hace unas semanas les hablaba en estas páginas sobre las bondades que presentan las ofertas combinadas, es decir, la asociación entre diversos establecimientos para ofrecer mayor valor comercial al cliente, han surgido como una poderosa herramienta para 'defender' las ventas en tiempos de crisis. Pero hoy quiero retomar el tema para matizar algunas cuestiones, porque aquí cualquier estrategia no vale, ya que es muy importante el qué y el cómo.
En primer lugar hay que partir de la base que el objetivo último que tiene el cliente que sucumbe ante este tipo de promociones es un ahorro global en sus gastos, por lo que cualquier combinación de ofertas no sería válida, ya que poco le interesa a un jubilado el descuento de un 50% en una entrada a un concierto de música rock por un gasto de treinta euros en un establecimiento de frutas y verduras.
Por tanto, debemos analizar cuál es la cesta de consumo de nuestro cliente mediano, para así emprender esfuerzos en establecer los vínculos comerciales que les aporten un mayor valor, y así, ganar efectividad con nuestra estrategia.
Otra cuestión que tampoco podemos abandonar es el cómo lo hacemos, ya que de lo que se trata es de incrementar valor para nuestro negocio, no de restarlo, es decir, que debemos de fijar unos lazos comerciales atractivos para el cliente, y también para nosotros, evitando incurrir en un coste excesivo que acabe con nuestro margen comercial.
En conclusión, el establecimiento de relaciones comerciales en base a las ofertas combinadas, requiere de un estudio previo de cuáles son las preferencias de nuestros clientes, de las mejores alternativas a la hora de fijar lazos comerciales, y de una condicionalidad no arbitraria, para que así se logre un correcto equilibrio entre los dos objetivos que comentamos.
En Pymes y Autónomos | Las ofertas combinadas, la estrategia con la que todos los comercios ganan
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