Comentaba hace unos días que cada momento tiene un negocio que, identificado como yacimiento o moda, atrae a muchos interesados en emprender o por lo menos labrarse un futuro empresarial, en el ámbito del comercio (dónde creo que menos rigor se aplica en el análisis a la hora de establecer una nueva propuesta) veo florecer casi por generación espontánea varios negocios de temática muy definida:
- Heladerías de yogurt: quizá por las fechas y lo determinado del momento me llama la atención este tipo de negocio que poco a poco está inundando las calles de nuestro país, en especial las zonas de paso o paseo, sostenido sobre pilares como un producto "único" y desconocido hasta hace poco en el mercado con una gran aceptación de público y una excelente imagen de marca, abundan en nuestra geografía calles en las que no sólo existen 2-3 enseñas de la misma temática, sino que incluso gráfica y visualmente inducen a error al ser similares en su concepción.
- Hamburgueserías: También veo como cada vez la tendencia a hamburguesas gourmet convierte en indiferenciada la supuesta originalidad, es evidente que nuestra tradición gastronómica está lejos de esta propuesta. Lo que históricamente ha llegado a España a través de grandes cadenas de franquicias de fast-food no es representativo de una buena hamburguesa, sin embargo han entrado en tropel variadas propuestas en diferentes configuraciones que vuelven a demostrar que los españoles somos impulsivos a la hora de lanzar un negocio. Una elevada calidad de las materias primas, en especial si lo comparamos con lo que tenemos todos en la cabeza, y el toque más especial y exótico de su configuración resultan atractivos para el consumidor e inversor.
- Panaderías Artesanales: el último el incorporarse a estas tendencias son las panaderías gourmet, también en la búsqueda de cierto hedonismo por parte del consumidor y escapar de panes recalentados, está cobrando fuerza este modelo de negocio en el que un producto de consumo diario se convierte en la palanca sobre la que actuar para tener ingresos de mayor valor. Convertir un acto reflejo en una experiencia gastronómica.
Quizá sean buenos tiempos para este modelo de negocio basado en la alimentación de productos de mayor calidad, sin embargo la manera en la que se han realizado las inversiones quizá no sea tan meditada y exista un posterior "reajuste" de mercado que no debería sorprendernos.
En Pymes y Autónomos| La competitividad del comercio minorista Imagen| Jon Feinstein