El otro día vi una entrevista a Risto Mejide. El publicista, sensato y listo como pocos, hizo esta reflexión: a los consumidores se les pregunta qué medio les merece mayor credibilidad, y hoy día, tanto para una gran empresa o una pyme, el reto está en ofrecer credibilidad.
La calidad sería entonces, dar aquello que prometemos, aseveró. A todos los niveles, es decir, el producto o servicio que anuncia tu empresa, debe corresponder a lo que la comunicación y publicidad que realizas, muestra. Una empresa debe ofrecer al cliente lo que le promete.
No importa el dinero que inviertas, ni si el diseño de tu página web lo ha realizado el mejor, tampoco si has invertido una gran suma en una campaña de publicidad tradicional, y en Internet. Si usas y estás presente en todas las redes sociales. Da igual, si al final, el consumidor obtiene justo lo contrario de lo que le has prometido, has fracasado.
Y si algo no ha muerto, ni cambiado es el "boca a boca", por lo tanto, los consumidores no quieren que les envuelvan con papel brillante y lazos inmensos los productos o servicios, sino que lo que adquieren sea bueno. Y si lo es. Y si funciona, lo compartirán con otros, pero, atención, si ocurre lo contrario, también.
Puede que leamos y nos bombardeen con las maravillas de las nuevas tecnologías, y de lo imprescindible que es estar presente, si queremos vender. 'Estar en la onda', hablar el mismo lenguaje que nuestro cliente. Las redes sociales no son ni buenas ni malas. Ni más 'cool' que un anuncio en televisión.
Sencillamente son un vehículo para trasladar un mensaje. Y el mensaje es el que hay que cuidar. El contenido. Que sea veraz, fácil de entender y que despierte interés en nuestro futuro cliente. Pero sobre todo, que ese mensaje tenga como objetivo vender.
De nada sirve el Branded Content y generar contenidos vinculados a una marca que permitan conectar a esa marca con el consumidor, si el producto final como decíamos al principio, no se asemeja a lo que describimos.
No importa que tengas una tienda, una pequeña empresa, una franquicia, al final, lo único que espera el cliente es entrar en tu local y encontrarse con lo que le has vendido por Facebook, en un catálogo, o en un vídeo. Porque no hay nada peor que sentirse estafado por una marca, y tropezarte con su fantástica página web, blog o espacio en Facebook o Twitter, lanzando mensajes sobre lo fantásticos que son.
En Pymes y Autónomos|El valor de la credibilidad,El boca a boca de la pyme tiene el mismo efecto que las crisis de reputación online
Imagen|Sam Verhaert