Hace unos días vi la película American Gangster, que sin entrar en críticas sobre la película (aquí para eso), me pareció una película entretenida y completa. En El Blog Salmón comenta Ángel la interesante información que trae consigo la película sobre el mundo empresarial, algo atípico, pero del que abstrayendo se pueden aprender cosas.
De las que podemos ver en la película, la que más me llama la atención es la de la discreción. Creo que esencial en el mundo de los negocios, sobre todo cuando estamos empezando. Dejando a un lado el deporte nacional (véase la envidia), en los negocios el llamar demasiado la atención sobre lo bien que nos va puede dificultar la relación con:
Clientes: Puede no hacerle gracia tu derroche pues puede pensar que le cobras demasiado, aunque la realidad sea otra. Si ganas mucho es porque tienes margen. Y si tienes margen, se lo puedes dejar más barato.
Proveedores: Si te ven con potencial económico, te puedes perder esa rebaja que te iban a hacer. Debo confesar que yo lo he hecho alguna vez.
Competencia: Si vas ganando cuota de mercado poco a poco y te va la cosa genial, si la competencia te ve demostrando bonanza, puede empezar a tenerte en cuenta y puedes perder el factor sorpresa. Es mucho más bonito que te descubra cuando ya vas delante suya en ventas.
Trabajadores: Soy de la idea de compartir con todos los trabajadores los buenos resultados, pero también que el empresario debe ganar más por diversos motivos. Si alardeas, pueden sentirse explotados y crearte problemas. Mercedes-Benz tuvo que cambiar la línea de su Clase S por quejas de muchos clientes que se sentían incómodos al meter un coche tan grande al lado del de sus empleados. La siguiente versión fue menos imponente.
Así que ya sabéis, cuando vayáis al cine, leáis un libro, etc. quizás haya ahí algo que aprender sobre cómo llevar los negocios.