Los costes laborales son una de las partidas fijas en muchas empresas que son prácticamente intocables. Es necesario contar con el personal adecuado que nos permita llevar adelante nuestra actividad, pero a veces es algo poco flexible y caro. Es aquí donde la figura de los falsos autónomos se ha colado en muchas empresas, ya que suponen un chollo para las que cometen este fraude.
Porque supone trasladar costes laborales de la empresa hacia el autónomo, que se encarga de hacer el trabajo y facturar a la organización. De esta manera todo el coste de la seguridad social pasa a hacerse cargo el propio autónomo. Pero es que además en muchas organizaciones la factura que pagan a este autónomo es menor que su coste laboral de un empleado que tienen contratado para realizar la misma función.
Trabajadores con un coste mucho menor
Esto se debe a varias circunstancias:
Uso de la tarifa plana para abaratar los costes de seguridad social, y además la posibilidad de cotizar por la base mínima. Mientras que la empresa tiene que pagar aproximadamente un 28% de la base de cotización, que suele ser mucho mayor que la base mínima a la que puede acogerse un autónomo.
Pero es que además los falsos autónomos han permitido a muchas empresas puentear los convenios colectivos del sector. Al no ser trabajadores vinculados contractualmente a la empresa, la factura que presentan por sus servicios suele ser mucho menor que el coste laboral de un trabajador contratado.
No cogen vacaciones ni se ponen enfermos, por lo que si no acuden a su centro de trabajo ese día no facturan. Eso si, horarios y organización del trabajo la que diga la empresa, que para eso son falsos autónomos. Nada de trabajar cuando ellos quieran ni donde quieran.
Si baja el nivel de trabajo se puede prescindir de sus servicios de un día para otro, algo que no resulta tan sencillo con el trabajador por cuenta ajena, o al menos no tan barato como decir que mañana no hace falta que vengan.
Escasas posibilidades de ser inspeccionados si no hay denuncias de los afectados. Algo que no siempre ocurre debido a coacciones y miedo de perder los pocos ingresos que hasta el momento tienen.
Si mejora la economía, el trabajador en paro no acepta tan fácilmente estas condiciones
Todo esto no hace sino evidenciar que un autónomo no tiene los mismos derechos que un trabajador por cuenta ajena. Si ese fuera el caso y los costes fueran los mismos pocas empresas se arriesgarían a utilizar esta figura ya que el beneficio obtenido no compensaría la posible sanción a la que se someterían.
Si a todo esto le sumamos una crisis económica con muchos trabajadores dispuestos a aceptar casi cualquier trabajo y eso de mejor estar explotado y llevarte algo de dinero a casa que estar en paro, tenemos el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de falsos autónomos. Si le añadimos empresas de la economía colaborativa que ven la oportunidad de ganar muchos más dinero gracias a ellos llegamos a la situación actual.
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