Los llamados falsos autónomos son trabajadores que tienen un único cliente. La empresa que los 'contrata' les impone los turnos y horarios, pero es el trabajador el que paga a la Seguridad Social.
Glovo, está de nuevo en el punto de mira porque Inspección de Trabajo le ha sancionado con 38,1 millones de euros y le exige otros 19 millones en cuotas a la Seguridad Social. Y no es la primera, ya que la empresa de reparto de comida acumula 203,5 millones de euros en sanciones.
La Ley Rider y cómo acabar con 40.000 puestos irregulares en 2022
En agosto de 2021, entró en vigor la conocida como ley Rider que regulaba la actividad de numerosos repartidores pertenecientes a plataformas digitales. Desde ese momento las empresas tenían la obligación de contratar a sus trabajadores como asalariados, en lugar de utilizar la modalidad de falsos autónomos.
Las inspecciones de Trabajo en 2022, lograron regularizar la situación de casi 40.000 trabajadores. El endurecimiento de la ley, además de las penas de cárcel, contempla fuertes multas. Pero como podemos comprobar, para algunas compañías los derechos laborales no se contemplan.
Las multas establecidas por infracciones oscilan entre los 3.000 y los 10.000 euros. También se considera constitutivo de delito cuando las cuotas defraudadas a la Seguridad Social sobrepasan los 50.000 euros.
Una ley que no contentó a todos los 'riders' antes de ser aprobada
Curiosamente, cuando el Gobierno aprobó la ley Rider los repartidores se dividían entre aquellos que sí querían ser asalariados y los que preferían ser autónomos. De hecho, algunos riders llegaron a manifestarse para seguir trabajando en las mismas condiciones.
Los trabajadores pedían elegir de manera libre el régimen en el que deseaban trabajar: en el Régimen General como asalariados o en el RETA como autónomos. Pero en 2023, la legislación en España no permite este modelo a la carta que pretendían ambas partes.
En todo caso, los falsos autónomos proliferan en otras profesiones como: profesionales de la Educación, compañías de seguros, fisioterapeutas, periodistas, comerciales o peluqueros. Parece que ni las multas frenan a algunas empresas a la hora de seguir con esta táctica fraudulenta. Queda mucho trabajo por hacer, un falso autónomo es un trabajador con ausencia de derechos.