¿Demasiadas responsabilidades? Delegar es cosa de líderes

Si tienes la sensación de que estás todo el día trabajando, de que apenas hay un hueco para ti en la agenda. Trabajas fuera y dentro de casa. Y lo peor de todo, es que has llegado a creer que las cosas no funcionan si tú no estás ahí al pie del cañón, tienes un problema. Ser cumplidor y servicial son valores positivos, pero llega un momento en el que pueden afectar a nuestra forma de afrontar el trabajo y la vida.

No siempre hay una posibilidad para delegar, seamos realistas, el error viene cuando sí es así, rechazamos que nos ayuden, no aceptamos que el trabajo en equipo tanto en nuestro negocio como en casa es lo normal. No somos imprescindibles. Saber delegar en ambos lugares es una forma de demostrar que somos inteligentes, no débiles.

Los demás están ahí para responsabilizarse de sus obligaciones, déjales trabajar

Si llevas a cabo tareas que otros podrían realizar, el problema lo tienes tú. ¿Te niegas cuando se ofrecen a ayudarte?. Tal vez sea el momento de replantearse las cosas. La primera, cambiar la forma de pensar. Delegar en los demás, no significa no cumplir con nuestras obligaciones. El sentimiento de culpa es muy habitual, sobre todo en las mujeres, en lo que respecta al hogar y al cuidado de los hijos.

Ese comportamiento no implica ser mejor madre o mejor trabajadora. De hecho, estás desconfiando de tu pareja que puede hacer lo mismo que tú. Dejar a un lado esa personalidad perfeccionista es costoso pero a la larga, beneficioso para nuestra salud mental y para aprender a trabajar en equipo.

El presentismo, otro de los males del que tiene alergia a delegar

Explicar bien lo que quieres que se haga y cómo es un primer paso para que otro miembro de tu equipo sepa realizar esa tarea que llevas años haciendo tú. Enséñale a llevarla a cabo y asegúrate de que lo entiende perfectamente. Confía en los demás.

No caigas en la tentación de supervisar cada movimiento de esa persona. Demasiada presión puede hacer que se sienta insegura y entonces lograrás lo que en el fondo deseas: que lo haga mal y así tener que hacerlo tú.

Esa frase tan manida de rodearse de personas que son mejores que uno, no es una cuestión baladí. Para empezar, reconocer que los demás pueden ser mejores que tú en muchas áreas, demuestra humildad. Y para ellos, el saberse valorados, les hará sentirse implicados.

¿Por qué no aspirar a que todos se sientan útiles e importantes?. Disfruta de ese preciado tesoro que es el tiempo libre, si cuentas con ese lujo que se llama: compañeros.

Imagen|Pixabay

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