"Listo para comer" es un lema que se impone cada día en diversos supermercados y grandes superficies. Comida 'casera' que los clientes toman de pie puesto que apenas disponen de media hora para la hora de la comida. Por un lado, nos bombardean con el hecho de que hay que llevar una alimentación sana y equilibrada, y por otro, la realidad nos invita a comer rápido y regular.
Aunque se ofertan cantidad de alimentos sanos, cuando uno come fuera de casa y con prisas es fácil que surja la tentación de caer en lo que no es tan saludable, y si a esto añadimos el hecho de comer de pie y rápido... Un buen negocio para las empresas del sector y una mala señal para los trabajadores.
Comer rápido pero bien, ¿una realidad?
Por lo visto, la oferta es amplia y variada y los supermercados que se han apuntado a esta moda que ha llegado para quedarse, resaltan que la mayoría de sus clientes piden comida sana y que la rapidez no está reñida con el alimentarse como debe ser.
Atrás quedó la época de llevar un táper con comida preparada la noche anterior por nosotros, ahora resulta más económico hacerlo en un supermercado donde los precios son competitivos y ahorras tiempo y algo de dinero.
Si comer en horario laboral se tradujera en hacer menos horas y evitar el presentismo sería una buena noticia, pero parece ser que no van los tiros por ahí.
En realidad, se trata más bien de una "guerra" entre supermercados y restaurantes, que compiten a través de los precios para ganarse ese derecho a disfrutar de una comida en condiciones que suponga el mínimo gasto ya que no queda otra que comer cerca del trabajo.
No hay ganas de cocinar para el día siguiente o toda la semana, pero tampoco durante el fin de semana. El mercaurante ha llegado para quedarse.
Y no porque los españoles detestemos cocinar, es que con horarios que apenas nos dejan tiempo para descansar o desconectar, no es extraño que estos modelos de negocio triunfen.
Si fuera factible el poder pasar menos horas en el trabajo sin ser productivos y tener tiempo no sólo de preparar la comida, sino de de descansar es posible que esta solución no tuviera éxito, pero no parece que el presentismo sea algo que este país deje de fomentar en el ámbito empresarial. Habrá que ir al supermercado a comer y quién sabe si a cenar también.
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