Es una de las grandes preguntas de toda persona que quiere poner en marcha un negocio se hace antes de empezar: hacerlo solo o con otros socios. En El libro negro del emprendedor, Fernando Trías de Bes pone varios ejemplos de socios nefastos para nuestra empresa, de personas tóxicas que pueden poner en peligro nuestra aventura empresarial y que, desgraciadamente, es más habitual de lo que parece.
Esta realidad, tan habitual en cualquier empresa, no tiene por qué ser la tónica general. Todos hemos conocido jefes y trabajadores tóxicos que boicotean el buen funcionamiento del negocio, creando mal ambiente y dando mala imagen a los proveedores y clientes. Por eso, existen razones de peso para pensar que es mejor emprender nuestra aventura solos que mal acompañados, aunque también existen otras razones para pensar lo contrario.
Las ventajas de emprender en solitario
Tu empresa eres tú
Tienes un dominio muy importante sobre tu empresa. Al ser el único responsable de la misma, conoces todos sus aspectos relevantes, de manera que puedes administrarla de una forma mucho más eficiente. Además, tienes mucho mayor conocimiento de tus clientes y tus proveedores, y las relaciones entre vosotros tienden a ser mucho más personales y, por tanto, más cercanas.
Vas a conseguir mayores beneficios
En algunas ocasiones, es la principal razón para emprender tú solo. Todos los beneficios que genere tu negocio serán para ti, al menos hasta que introduzcas a nuevos socios o inversores que aporten su capital al negocio.
Las relaciones con tus familiares
En ocasiones, los socios del negocio son nuestros propios familiares. Y ya se sabe, mezclar familia y negocios puede acabar mal, muy mal. En este caso, los lazos emocionales toman una importancia enorme que, previsiblemente, no te dejen tomar las mejores decisiones desde un punto de vista empresarial.
Las ventajas de emprender con otro socio
Cada una de las ventajas de emprender en solitario tiene aparejados sus contras. En algunos aspectos, emprender con un socio es la mejor opción por varias razones.
Tienes carencias que solo tu socio puede suplir
Eres un crack diseñando productos innovadores, pero te sientes incómodo recorriendo el país vendiendo tus productos. El tiempo es oro, y tú prefieres dedicar tus esfuerzos en añadir una funcionalidad nueva a tus diseños en lugar de luchar con tus clientes para negociar un precio que contente a ambos. Cada persona es buena en su campo de actuación, así que muchas veces conviene buscarte un buen jefe comercial que se ocupe de ese tipo de tareas antes que asumir tú mismo todas las funciones.
Poco capital inicial
En algunos negocios, es imprescindible un capital inicial que excede nuestro patrimonio. En este supuesto, conviene buscar nuevos inversores que aporten su capital a la empresa. Las rondas de financiación sirven para este fin, pero, eso sí, tendremos que compartir nuestros beneficios con el resto de socios.
Necesidad de otro socio
En algunas ocasiones, la propia idiosincrasia del negocio exige que haya varios socios. Por ejemplo, imagina que te dedicas a importar productos de China para distribuir en España. Nosotros estamos trabajando desde nuestro país, así que necesitamos una persona que trabaje desde allí que tome las decisiones locales.
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