El emprendimiento tiene cierta parte de glamour -solo un poco-, vinculado al éxito, a la tecnología, a la relevancia en determinado sector, al reconocimiento, pero también tiene un lado muy oscuro, el que tiene que ver con emprender por necesidad.
En 2022 más del 70% de los emprendedores de negocios recién creados considera que emprende para ganarse la vida porque el trabajo escasea, así se reconoce en el último Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2022-2023.
El 70% de los emprendedores lo hacen por necesidad
¿Qué significa este dato?, que se dispara de nuevo el emprendimiento por necesidad, tal y como pasara en épocas de crisis anteriores, ya que en 2019 se encontraba en el 47%, pero ahora, 3 años después, casi se ha duplicado.
Sin duda, algo tendrá que ver la situación de crisis actual, con una escalada de precios fuera de control, la guerra de Ucrania o los empleos precarios o inexistentes para ciertos colectivos de edad.
¿Qué es un emprendedor por necesidad?
El emprendedor por necesidad es aquella persona que decide empezar su propio negocio, generalmente dándose de alta como autónomo, como respuesta a la falta de oportunidades laborales o a la necesidad de generar ingresos de manera inmediata.
En lugar de optar por el emprendimiento como una elección personal, estratégica o de oportunidad empresarial, estas personas se ven empujadas a iniciar un negocio por la necesidad económica o de falta de trabajo a la que se enfrentan.
En general, ésta -casi- obligación de emprender, implica, en la mayoría de los casos, una carencia de capacitación y experiencia previa necesarias para dirigir un negocio como el que van a abrir, pero que tratan de suplir con voluntad y ganas, que en la mayoría de los casos no es suficiente.
Señales de que eres un emprendedor por necesidad
Si bien, el emprendimiento te puede parecer una opción atractiva para salir de una situación difícil, es importante que reconozcas las señales para que antes de empezar puedas huir del lado oscuro del emprendimiento, ya que las posibilidades de fracasar y que la situación económica se complique, más aún, son muy elevadas.
Si detectas algunas de estas señales, al menos, preocúpate:
- Tu plan vital no pasaba por emprender, por lo que la vocación no es lo que te mueve para poner en marcha un negocio.
- No encuentras trabajo desde hace tiempo o en aquello que crees que representa tu desarrollo profesional, por lo que la huida hacia delante es el autoempleo.
- Limitaciones en el acceso al crédito, por lo que se tiene falta de capital para invertir en el negocio, y se puede iniciar un negocio en circunstancias precarias y con escaso poder competitivo. Estos problemas económicos a lo mejor no se nota al principio, pero sí afecta directamente a la tesorería necesaria para sostener a la empresa durante el primer año, donde se necesita un potente músculo financiero
- Tienes escasa capacitación y experiencia, en el sector que vas a abrir. Es un elemento clave, se debe emprender en aquellas áreas que se dominan, ya sea porque llevan años trabajando por cuenta ajena y tienen el know-how e incluso una cartera de clientes o porque tienen formación específica y práctica.
Lo que está claro que hay que ser muy empáticos con las personas que, arriesgándolo todo, emprenden. Son héroes. Pero esto no está reñido con intentar evitar que emprendan aquellas personas en las que la probabilidad de fracaso es muy alta, cosa que sucede cuando se emprende por necesidad.