Un político no deja de ser un empleado que desempeña una responsabilidad en representación de sus votantes por lo que su papel se asemeja al de un directivo en una empresa, es decir, asume responsabilidades, toman decisiones y cobran por ello.
Sin embargo, surge la duda de si existe la misma tolerancia ante los errores (no hablamos de corrupción) cuando se desempeñan responsabilidades políticas que cuando alguien asume responsabilidades directivas en una empresa y en un país como España en el que la clase política nunca asume sus errores y en el que concepto dimisión es inexistente, la respuesta , evidentemente,es no.
En Jobandtalent comparan las responsabilidades de políticos y empleados con siete ejemplos de errores políticos que a un directivo le costaría su puesto de trabajo.
Errores políticos que en la empresa no se podrían cometer
- "Copy-paste"
El pasado verano el departamento de comunicación de la Moncloa envió una nota de prensa a los medios de comunicación en la que transmitía su pésame a las familias de las víctimas del accidente de tren de Santiago. Todo parecía normal hasta el último párrafo, en el que se hacia alusión a las muertes que provocó el terremoto de Gansu en China. Error: no revisar los documentos.
- La inoportunidad
Fátima Bañez publicó en twitter su último logro en un juego online, si ya es extraño que una Ministra de Empleo publique durante su horario laboral que ha logrado 5.390 puntos en un juego online, más chocante es que lo haga mientras Mariano Rajoy comparece de urgencia para explicar el rescate a España. Error: utilizar el smartphone en horario laboral.
- La falta de respeto
Quien más juego daba en este aspecto era Esperanza Aguirre con sus malas experiencias con micrófonos abiertos en las que, en más de en una ocasión, insultaba sin disimulo a sus compañeros de profesión con el micrófono abierto.
- No saber idiomas
Pocos de nuestros políticos, saben algún idioma que no sea el español, desde el Presidente hasta el último de los ministros. En una empresa no se daría esta situación sencillamente porque por mucha que sea la capacidad del candidato, sin idiomas, no estaría allí.
- La falta de responsabilidad
La alcaldesa de Madrid se fue a Portugal, de viaje de placer, días después de la muerte de unas jóvenes en el recinto Madrid-Arena, situación generó un gran rechazo por parte de la sociedad.
- La incoherencia
Recientemente, se publicaba la noticia de que la Agenia Tributaria había incrementado los ingresos por sanciones en un 20% respecto al año anterior. Llama la atención la poca permisividad con los contribuyentes de la Agencia Tribuaria respecot a los errores que se podams cometer cuando públicamente este organismo atribuyó fincas y viviendas a la Infanta Cristina y sin que nadie haya asumido ninguna responsabilidad n haya recibido ninguna sanción.
- La falta de previsión
En enero de 2009, siendo ministra Magdalena Álvares, Madrid fue testigo de una de las mayores nevadas vistas hasta ese momento en la ciudad. La Ministra de Fomento señaló como causa del caos la mala predicción de los meteorólogos. Por supuesto, ni hubo ni resposables ni consecuencias.
Estos ejemplos son solo una muestra de la gran tolerancia que mostramos como ciudadanos y que, sin embargo, no se traslada a nuestra vida cotidiana y profesional donde los errores tienen un coste y, en ocasiones, desproporcionadamente alto.
Imagen | Steve Juvertson En Pymes y Autónomos | Cómo gestionar los errores