La semana laboral de 4 días es un tema controvertido. En países como Estados Unidos y Nueva Zelanda hay constancia de empresas tecnológicas y de servicios que llevan años aplicando esta modalidad de horario con resultados positivos. Pero dependiendo de la naturaleza de la actividad de la empresa será más factible o no desarrollar este modelo.
Hace unos días Íñigo Errejón desde Twitter hacía una firme defensa de la semana laboral de 4 días y las respuestas tanto a favor como en contra nos pueden servir para medir qué opinan los trabajadores en nuestro país.
Experimentos como el programa global 4 Day Week y la producción
Nos vamos a quedar con el dato: "Sin reducción de salario". En nuestro país, la multinacional Telefónica fue una de las primeras empresas en apostar por la semana de 4 días y el experimento no salió bien porque implicaba una reducción salarial y sus empleados no estaban dispuestos a cobrar menos.
En Bélgica, se aplica la reforma que permite a los asalariados trabajar cuatro días a la semana, pero sin reducir el número de horas. Es decir, tienen que concentrarlas en nueve o 10 horas al día.
El programa global 4 Day Week en Reino Unido bajo la regla del 100-80-100, es decir, 100% de sueldo, con el 80% del tiempo de trabajo y manteniendo el 100% de efectividad, resulta positivo sobre el papel y en determinadas empresas, eso es innegable.
La semana de 4 días laborables, una experiencia conocida desde hace años por unos pocos
Si nos damos una vuelta por diferentes sectores comprobaremos que esta medida no es realista al cien por cien, un ejemplo, las fábricas de automóviles.
¿Resulta más productivo trabajar 4 días a la semana en este sector? Con más turnos y contratando a más personal quizás sí, pero eso conlleva gastos y en el contexto actual no parece una buena idea.
Trabajar de lunes a jueves ya existía en algunos sectores en nuestro país como en las agencias de publicidad y marketing. Incluso tras la pandemia el modelo híbrido (presencial y en remoto) ha cobrado fuerza entre algunas empresas y la producción no ha bajado ya que el teletrabajo da como resultado a personas muy comprometidas.
La semana laboral de 4 días no es para todos
Si nos centramos en otro sector como son las residencias para personas mayores, tenemos el ejemplo de Suecia. Allí se hizo un experimento rebajando a seis horas diarias el trabajo realizado por los empleados. Aunque la productividad y el absentismo laboral mejoraron, los costos se dispararon porque tuvieron que contratar más empleados para cubrir los turnos.
Imaginemos a un trabajador con sobrecarga de responsabilidades que ahora debe cumplir en sólo 4 días. ¿Qué beneficio es el suyo? Imagino que pasar el quinto día durmiendo o practicando yoga para paliar su ansiedad. Y si a trabajador le añadimos el apellido, autónomo quizás él tampoco termine de ver que esa fórmula sea realista.
8 hours labour, 8 hours recreation, 8 hours rest” (8 horas de trabajo, 8 de diversión y 8 de descanso).
El empresario Robert Owen defendió la idea de que la calidad del trabajo estaba relacionada con la calidad de vida. Fue en 1817 cuando formuló su objetivo, el de alcanzar una jornada laboral de 8 horas y acuñó el lema de 8 horas de trabajo, 8 horas de diversión, 8 horas de descanso.
Pero en el caso de la semana laboral de 4 días hace su aparición en un contexto donde la inflación, los bajos sueldos y haber sufrido recientemente una pandemia, no lo pone fácil a un tejido empresarial formado en su mayoría por pymes y micropymes.
El tiempo y el resultado de los experimentos patrios nos dirá si este modelo ha llegado para quedarse en España y sobre todo, si es posible que todos disfrutemos de sus ventajas.