La percepción general respecto a la quiebra de empresas es que se estaban estabilizando, pero tras la publicación de la estadística correspondientes por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), que han determinado que el número de quiebras empresariales en España se ha incrementado un 22,5% interanual en el segundo trimestre.
Este dato confirma nuevamente la fuerte destrucción de tejido empresarial que se está produciendo en nuestra economía, que está derivando en un estrechamiento de los canales de oferta en el mercado, en un ajuste de consumo y actividad muy intenso. Que si analizamos por sectores de actividad, las que han sufrido un peor balance han sido la construcción (con el 29,1% de los concursos de acreedores), seguidas de la industria y energía (con un 18,4% de los concursos).
Esta situación denota dos problemas, por un lado la prolongación en el tiempo de la particular crisis por la que atraviesan las empresas de otros sectores, y por otro lado, la escasa de capacidad de nuestra economía en generar actividades económicas de reemplazo que permitan amortiguar el retroceso de los sectores más maduros de nuestra economía.
En cuanto a las expectativas de futuro, creo que no habrá grandes cambios en el corto plazo, porque el sistema de incentivos, la presión fiscal, y el 'apetito' del consumidor no sufrirán grandes variaciones. Lo que debería hacerse replantear al gobierno la instauración de incentivos que proporcione un poco de luz a estos empresarios, que en la mayoría de los casos se encuentran en una situación de subsistencia.
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