Ha sido uno de los mayores escándalos de la historia dentro del sector de la automoción. La instalación de un software en los motores diésel de los coches de la empresa alemana para engañar sobre sus emisiones de gases ha alcanzado nuestro país, y son muchos los colectivos que estudian poner una demanda colectiva para que la empresa les indemnice.
Entre ellos se encuentran los autónomos españoles. Y es que son muchos los trabajadores por cuenta propia que adquirieron en su momento un vehículo de la marca Volkswagen para llevar a cabo su actividad profesional y que, como tantos otros, se sienten estafados.
Según la Unión Profesional de Trabajadores Autónomos, a través de su portavoz, Sebastián Reyna, si las reparaciones que ha anunciado Volkswagen pueden reducir de manera sustancial su potencia o prestaciones o aumentar su consumo de gasóleo, los autónomos podrían negarse e, incluso, pedir una indemnización, al no cumplirse las características firmadas en el contrato cuando se adquirieron esos vehículos.
No en vano, Facua, que suma ya cerca de 18.000 afectados para iniciar un proceso administrativo contra la compañía, desaconsejó llevar el coche al taller si no se garantizaba por escrito que se fuesen a mantener las prestaciones.
El escándalo de Volkswagen también alcanza a los trabajadores autónomos, y su impacto, quizá más importante que el de cualquier otra persona, al ser, en la mayoría de los casos, su herramienta principal de trabajo.
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