En la actual coyuntura muchas empresas se encuentran obligadas a reducir sus costes de funcionamiento para capear el temporal. Tal y como si se tratase de un hogar, actuando en gastos como en las facturas telefónicas, las tarifas de datos, la electricidad, la calefacción, etcétera.
Para conseguir nuestro objetivo, muchas de las veces no es necesario tomar decisiones drásticas, como por ejemplo dar de baja el servicio, porque no podremos seguir produciendo al prescindir de parte de los recursos, siendo mucho más viable buscar tarifas más baratas o racionalizar el consumo.
Por tanto, podríamos diseñar planes de ahorro energético como apagar luces por la noche o no iluminar las estancias desocupadas durante la jornada, evitar llamar a teléfonos móviles y hacerlo a números fijos, o reducir el consumo de calefacción o incluso instalar un termostato. Estos gestos, no suponen mucho esfuerzo y contribuyen de manera notable a reducir los gastos.
Como pueden apreciar, muchas veces resulta interesante pensar en pequeño, como si se tratase de nuestro hogar, solo de este modo entenderemos la importancia de cada detalle y lograremos una reducción eficaz de nuestros gastos operativos. ¿Ya lo ha intentado en sus respectivos negocios?
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