Cualquiera que vea desde fuera el "combate por el cobro" de las facturas, puede asistir escéptico a una escena digna de cualquier película de los hermanos Marx, con la particularidad de que se reclaman 12 millones de euros y que ninguno da su brazo a torcer. ¿Qué aprende la pyme de todo esto?
No seré yo el que defienda al Ayuntamiento de Madrid, ni a ningún otro vamos, pero es muy lógico que una persona, empresa o institución se niegue a pagar una factura si no sabe a qué corresponde. Por este motivo, la pyme debe argumentar lo mejor posible siempre todas las facturas.
Este procedimiento se hace mencionando el contrato origen del cobro, los albaranes de los productos o servicios entregados o incluso las hojas de encargo, presupuestos aceptados o cualquier medio que sirva al cliente para identificar perfectamente el pago que tiene que realizar. En este punto, la opacidad de las eléctricas es máxima y rara es la persona o empresa que no ha tenido sus más y sus menos con estas facturas.
Por otra parte, si no nos pagan, debemos aclarar la situación cuanto antes y no dejar que la deuda y el problema envejezca y se enquiste. Si una persona no está de acuerdo con la factura, cuanto antes justifiquemos los cargos, antes podremos cobrar o tomar las medidas oportunas.
Ahora bien, si las pegas que se ponen encima de la mesa son excusas falsas sin fundamento, cuanto antes tomemos las medidas correctoras mejor. Estas medidas van desde el corte de los suministros o servicios a interponer reclamación formal frente a la persona que nos adeuda. Esta reclamación, puede ser judicial o extrajudicial, sopesando siempre el peso del cliente y el importe adeudado. Concluyendo, actuar siempre y con rapidez en este tipo de problemas, porque si no se actua, se enquistan y se originan problemas mayores.
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