Además, sin esa planificación, ni la planificación de las actividades del equipo, ni el control del cumplimiento de las diferentes etapas del trabajo, llegara la presión, ya que muchas de las fechas que hay que cumplir están relacionadas con el calendario fiscal, de manera que si no se cumplen las obligaciones con Hacienda, nos sancionaran con recargos y multas.
Pero ya antes de las fechas de liquidación de impuestos toda la contabilidad del periodo debe estar cerrada y revisada, para que los gestores dispongan de los informes necesarios para la toma de decisiones.
Entre las "deadlines" también hay diferentes prioridades, no es lo mismo la fecha de cierre de un ejercicio de una gran empresa, que el "lo quiero para mañana" del jefe que siempre lo quiere todo para mañana sin tener en cuenta si la realización de esa actividad postergará otras de mayor importancia.
Planificación a todos los niveles es pues la clave para cumplir cómodamente con los plazos de obligado cumplimiento en las empresas.
Imagen | Alan Cleaver
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