La principal virtud de Lean Startup radica en la flexibilidad que lleva a otro nivel un plan de negocio y lo hace adaptable a nuestras necesidades reales. Los cambios y las iteraciones se producen debido a los descubrimientos del mercado.
El objetivo es no perder tiempo en algo que los potenciales clientes no van a valorar o no van a pagar por ello. En lugar de cuestionar a posteriori, el modelo se centra en construir una pequeña cantidad, y luego medir y aprender. Buscar la iteración constante sobre la base de los resultados reales (no lo que la gente te dice que quiere o lo que crees que es una buena idea). Este enfoque es esencial para no desperdiciar un año dedicándonos a crear una funcionalidad que la gente no va a valorar o a utilizar. Esta dinámica te obliga a buscar otras perspectivas e implica un cambio de mentalidad. Te obliga a mirar a nuestro producto/servicio de la manera que un cliente lo haría.
Un gran ejemplo de una empresa que itera hacia lo que los usuarios y los clientes quieren es Twitter. Comenzó como una empresa de podcasting. Apenas estaba consiguiendo tracción (incremento de usuarios y clientes) y en un día de “lluvia de ideas” de los fundadores se le ocurrió la idea de emitir una especie de mensajes sms para decirle a pequeños grupos de personas que lo que estaba haciendo. El resto es historia…
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