Una cuestión que siempre ha sido un poco 'tabú' es la de replicar a un superior dándole nuestro punto de vista cuando se trata de una instrucción, algo que se practica muy poco, y menos ahora por el temor a que nuestro propio jefe se sienta ofendido con nuestra 'rebeldía' y pueda tener consecuencias.
Como ocurre en otras tantas cuestiones, ni todo es blanco ni todo es negro, sino que hay que partir de la regla del sentido común, y eso sí, con cuidado y sentido de la responsabilidad, porque cuesta mucho aportar algo valioso y muy poco devaluar una reputación.
En mi opinión, creo que es bueno que cuando creemos que nuestro superior está equivocado, es bueno que le proporcionemos nuestra visión. Pero eso sí, teniendo en cuenta algunas reglas para no meter la pata:
En primer lugar debemos buscar el clima adecuado, evitando siempre decírselo en presencia de otros miembros de la organización (otros directores, director general, compañeros, etcétera), porque en este caso nuestra intervención podría ser calificada como un insulto
Tener seguridad firme de que nuestro jefe está equivocado, para lo que necesitamos adicionalmente tener los argumentos y la capacidad suficientes como para poder defenderlo
Cuidar las formas y el lenguaje, intentado ser objetivos pero a la vez humildes. Para que en ningún momento pueda interpretarse como un desafío, y nuestro superior sea mucho más accesible en ocasiones venideras
Como ya he adelantado, este asunto resulta un tanto peliagudo, porque es muy fácil meter la pata, y complicado encontrar una 'buena ocasión'. Además, nuestra relación con nuestro supervisión puede verse alterada, tanto para bien como para mal, por lo que es conveniente estar muy seguros. Con ello no quiero decir que siempre debamos permanecer callados, sino más bien todo lo contrario, meditar siempre todas las alternativas y aprovechar las oportunidades que tengamos para demostrar nuestra valía profesional.
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