Por regla general, siempre hay un período de acoplamiento entre los jefes cuando se hacen cargo de un equipo, hasta que aprenden la mejor manera de trabajar juntos.
Sin embargo, este proceso de aprendizaje se puede acelerar evitando que el equipo tenga que adivinar tu estilo de gestión, creando y compartiendo una tabla de estilo de trabajo.
En la columna de la izquierda, incorpora tus características y comportamientos. Un ejemplo puede ser que planteas los problemas difíciles por adelantado y directamente o no soy una persona excesivamente puntual.
En la columna de la derecha, incluyes sugerencias sobre cómo otros pueden trabajar con tus preferencias. Por ejemplo, junto a "planteo cuestiones difíciles" puedes escribir "Si sienten que mi respuesta es franca o directa, tengan en cuenta que se trata del problema, no es un cuestión personal".
Y junto a la entrada "persona de la mañana", puedes escribir "Evitar programar reuniones donde deba tomar una gran decisión antes de las diez.".
Ser abierto acerca de tus preferencias de estilo de gestión puede mitigar los malentendidos y ayudar a su equipo a trabajar juntos de manera más productiva.
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