Se trata del Servicio de Lista Robinson, sistema de exclusión publicitaria gestionado por la Federación de Comercio Electrónico y Marketing Directo, creado conforme a lo previsto en la normativa sobre Protección de Datos. Tal y como comentan en la web, el servicio se enmarca en el ámbito de la publicidad dirigida a nombre de una persona y a una dirección de correo postal, a una dirección de correo electrónico o a un número de teléfono concreto. Vamos, si funciona, un chollo. Pero también para las pequeñas empresas, no vayamos a pensar que hemos perdido el foco.
Podríamos pensar que la gente que se inscribe, como yo, no tiene el más mínimo interés por contratar o comprar los productos que se le ofrecen por teléfono, aunque no siempre es así. Siempre hay alguna ocasión en la que se puede "picar", aún cuando no necesitamos realmente lo que nos están ofreciendo al otro lado del auricular, pero somos humanos y a veces nos la cuelan. Hay auténticos genios llamando, capaces de vender lo que sea. Pero si se hacen estas campañas masivas de venta telefónica será por algo, porque funcionan y, al final, unas obtendrán mejores resultados que otras, pero merecen la pena.
Hace unos meses Enrique hablaba de los números del spam por email, rentable incluso con una tasa de acierto bajísima. No soy un experto en la materia, pero no me parece descabellado pensar que a través de otros canales, como el telefónico, funcionará de manera similar. Pero ¿Es rentable, a medio o largo plazo, que una empresa moleste una y otra vez a clientes o potenciales clientes con llamadas a casa, mensajes al móvil,... para ofrecer productos que la mayor parte de las veces no quieren comprar?
En mi opinión, no. Mejor si enfocamos el esfuerzo hacia una mejor segmentación, hacia esos potenciales clientes que sí pueden estar interesados en comprar o en contratar más servicios de los que ya tienen actualmente. Creo que no descubriré la pólvora si digo que estoy hasta el gorro de que me llamen de compañías de teléfono para ofrecerme de todo: ADSL, llamadas "gratis" (nótese la ironía), etc... Oigan, que no, de verdad, no me llamen más por favor. El día que me quiera cambiar de compañía ya les llamaré yo, esa es la actitud que me han hecho adoptar. Pasividad absoluta ante sus ofertas telefónicas y también vía otros canales. Quizás soy yo un bicho raro, pero a mi me provoca esta reacción tanta llamadita.
No sé qué opináis, yo creo que a la larga, los clientes estaremos más satisfechos, no por tener mejores productos, sino porque en lugar de que nos lancen productos con una estrategia push, a lo mejor nos llaman, pero para preguntarnos lo que realmente queremos y así sí que saldremos ganando todos.
Vía | Federación de Comercio Electrónico y Marketing Directo En Pymes y Autónomos | Campañas de publicidad callejera ¿No hay alternativas mejores? Imagen | Tim Psych