Con el impulso del teletrabajo durante la pandemia muchas empresas, pero también sus empleados se dieron cuenta de las ventajas que tenía poder trabajar desde casa, ya fuera de forma continuada, o el más común, el teletrabajo híbrido donde solo vamos a nuestra empresa algunos días en semana y otros cumplimos con la jornada laboral desde casa. Y esto lo cambia todo, haciendo que muchos se planteen no vivir tan cerca de su puesto de trabajo. Vamos a ver cómo es teletrabajar en un entorno rural, donde las telecomunicaciones no siempre están a la altura.
Porque la situación vivida hace dos años con las restricciones de movilidad hicieron que muchos se trasladaran a segundas residencias, a sus pueblos donde pueden pasar temporadas en verano pero que hasta ahora no se habían planteado vivir. Mantener su trabajo y vivir en un entorno más amigable hace que nuestra calidad de vida aumente de forma sustancial.
Mi pueblo tiene fibra, pero no tengo cobertura de móvil
María es un mando intermedio en su empresa. Coordina un equipo de trabajo y tiene la posibilidad de teletrabajar dos días en semana. El acuerdo con su compañía. Esto hace que se decidiera a mudarse a un pequeño pueblo de menos de 100 habitantes y que está a más de 100 kilómetros de su puesto de trabajo. Todo un desafío.
En principio las telecomunicaciones no iban a ser un problema. Tenía fibra de alta velocidad a la puerta de su casa. Pero no contaba con los problemas de cobertura en la conexión telefónica móvil. Es uno de esos pueblos donde para poder recibir llamadas hay que subir a la parta alta del pueblo.
Las llamadas a través de Teams soluciona esta limitación con sus compañeros de trabajo. Pero no puede hacer esto con todo el mundo. Y esto limita mucho su capacidad de trabajo. No se trata ya de poder contestar llamadas, sino al menos de saber que te han llamado para poder devolver dicha llamada.
Ha instalado un repetidor en su antena de televisión, que está en el punto más alto de la casa y mejora la cobertura al interior de su casa. El problema es que la calidad de la señal que capta de la operadora es muy pobre. Y cambiar de operadora no es una opción, ya que su teléfono es de empresa y no se va a traspasar.
Los traslados a la oficina los resuelve utilizando el tren de media distancia que enlaza con el centro de la ciudad. Ha sido una de las grandes beneficiadas de los bonos de transporte ferroviario gratuito, aunque ha tenido algún problema para poder reservar trayecto en los últimos tiempos.
Mi pueblo tiene ADSL rural y trabajar así es un problema
Andrés vive en Galicia a las afueras de Vigo. Es un pequeña parroquia que no está muy lejos de la ciudad. Sin embargo la calidad de las comunicaciones deja mucho que desear. Su conexión en casa es ADSL rural, 3 Megas de velocidad en el mejor de los casos.
Teletrabaja también dos o tres días en semana y el principal problema que tiene está en el momento de realizar alguna videoconferencia. La conexión de 3 Megas es suficiente para conectarse a través de la VPN que le facilita su empresa y realizar la mayor parte de su trabajo.
El problema es cuando tiene que realizar alguna videoconferencia o utilizar algún servicio de alta velocidad. Es aquí cuando la conexión 4G de su tarifa de datos, mucho más rápida y que le facilita 50 GB de transferencia de datos ha sido la solución.
Monté una tienda online, pero la logística de los envíos es un desafío
Marcos ya tenía un negocio online, que podía administrar en principio desde cualquier lugar. Su principal desafío en el cambio de la ciudad a la vida en un entorno rural era la logística. En su pueblo había una buena conexión de Internet, la fibra llegaba a todas las casas.
El alquiler del espacio que necesitaba para el almacén y gestión de su tienda online era mucho más económico. ¿El problema? Hacer que la gestión logística de los envíos para sus clientes o la recepción del material. No solo es una cuestión de coste del envío, sino también de tiempo que tardaba en servir a sus clientes.
La arcadia feliz de irse a vivir al campo no es tan sencilla como parece
Lo que si es común a todos ellos es que más allá de la cuestión laboral han ganado en calidad de vida. También en costes de desplazamientos y un menor coste en alquileres o coste de la vida diaria. Y tranquilidad, mucha tranquilidad y más tiempo libre para ellos.
Pero también nos han comentado algunos problema añadidos. El colegio o instituto de alguno de sus hijos, especialmente en pueblos muy pequeños no está bien resuelto. Hay que desplazarse unos cuantos kilómetros. Lo mismo podemos decir del banco. Si bien es fácil operar online, a poco que se necesite efectivo, hay que desplazarse unos cuantos kilómetros hasta el cajero más próximo.
Otras cuestiones como médicos, si bien todos son jóvenes y ahora no es una prioridad, si ven como los mayores de estas localidades no tienen a su alcance la misma calidad asistencial que en una gran ciudad.
Y por último, algo interesante es ver como la mayoría se han convertido en mentores y mediadores para muchos de los trámites de sus paisanos con la administración electrónica. Se han convertido en el asesor que ayuda a los demás o el que responde a sus dudas, que no son pocas, de un mundo que va a veces demasiado deprisa y dejando atrás a los más mayores.