Algo de esto hay en la confusión entre los vocablos emprendedor y empresario. En ocasiones muy ligados, sinónimos. En otras, términos bastante contrapuestos. Echad un vistazo al articulo del Instituto Juan de Mariana que os referencio en el pie de post, como diferencian entre la función emprendedora y la función empresarial, a la luz de la escuela austriaca, una de las más destacadas corrientes del liberalismo.
Así, se pueden diferenciar en el ser humano una vertiente creadora, detectora de oportunidades, que se anticipa, y que se manifiesta constantemente en nuestra vía, que nos caracteriza comos eres humanos.Esa sería la función emprendedora. La empresarial consistiría en la que lleva a cabo estas ideas con el objetivo de obtener un beneficio económico a través de la creación y gestión de una empresa. La facilidad para saltar de la una a la otra viene condicionada por múltiples factores: sociales, culturales, económicos, que pueden ayudarnos a comprender la facilidad o no para crear empresas en un momento dado. POtencial y realidad, en resumen.
Yo iría aún más lejos. Hay dos visiones del empresario. El empresario visionario frente al empresario-gestor. Por un lado los que tienen ideas rompedoras, los que son capaces de movilizar Roma con Santiago para arrancar un proyecto don de otros solo veían dificultades, frente al empresario que lleva el dia de la empresa (el ¿maximizador? que diría el artículo), cuyo trabajo consiste en gestión,gestión, gestión, algo más burocrático pero absolutamente necesario. Creo que son como Jano, dos caras que se necesitan mutuamente. El primero no suele ser especialmente ducho en las pequeñas minucias, bien por falta de interés o de capacidad. Al segundo le falta ese toque de locura, de genialidad.
Lo que si es importante es no confundir este segundo tipo de empresarios con los altos directivos. Es algo que me ofende en grado sumo cuando hablan como empresario de quien no es más que un empleado cualificado. Y es que, en ultima instancia, la gran diferencia es que el empresario, sea emprendedor o no (y ojo, que a ver quien dice que el trabajo del día a día no es emprender en cierto modo) se juega su dinero, su patrimonio. El alto directivo se juega su bonus. Y el dinero del empresario.
Vía | Instituto Juan de Mariana En Pymes y Autónomos | El sueño de un empresario