Nos venden a los emprendedores como personas exitosas, soñadoras, superadoras de retos, positivas y, sobre todo, optimistas, pero pocos son los privilegiados que se pueden etiquetar así, e incluso, diría que nadie sin la correspondiente dosis de trabajo y sacrificio.
Los emprendedores terrenales nos caracterizamos por estar metidos continuamente en una espiral de emociones, ser acaparadores profesionales de problemas y obstáculos casi insuperables, creadores de sueños que se esfuman; en general, diagnosticados como emprendedores pesimistas.
Suena fatal, es más, en un país como este, lo raro sería no ser un emprendedor pesimista, pero no es para preocuparse, ser un emprendedor pesimista tiene premio, aunque a veces sea insufrible convivir con nosotros mismos.
Ventajas de ser un emprendedor pesimista
El pesimismo no necesariamente algo malo para los emprendedores ya que genera algunas ventajas, en vez de una debilidad puede ser una fortaleza:
- El pesimismo es una forma realista de gestionar nuestro negocio, ya que permite detectar los riesgos y las posibilidades de fracaso, lo que permite una mejor gestión del estrés.
- Somos personas más críticas y reflexivas en la planificación de nuestros negocios. Esto supone realizar análisis más profundos que ayudan a la hora de tomar decisiones estratégicas.
- Tenemos una mayor resiliencia, estamos más preparados y somos más resistentes a los reveses y fracasos. Sabemos que algo puede salir mal y podemos estar mejor preparados para recuperarnos y sobreponernos.
- Como emprendedor pesimista tenemos una gran dosis de autocrítica, que a su vez, bien gestionada, es una fuente excelente de motivación y de mejora continua, tanto del negocio como de las capacidades y habilidades personales.
- Solemos utilizar estrategias defensivas y preventivas, esto, aplicado al área económica y financiera del negocio, es genial, ya que es más complicado que tener problemas en esta materia.
Cómo afrontar el pesimismo para que no se vuelva en tu contra
Como emprendedor, aprovechar esta característica negativa para lograr el éxito en los negocios, no es sencillo. Debes empezar por aceptar tus emociones, ya que es totalmente normal y sano sentirse pesimista de vez en cuando, es una parte más del camino que tienes que recorrer hacia el éxito.
Rodéate de personas positivas. Esto te puede ayudar mucho, ya que equilibrará tu estado de ánimo. Apóyate en otras personas que tengan una actitud positiva a tu alrededor, ya sean en colaboradores, mentores o amigos. Esto no solo te transmitirá la energía positiva que te falta, sino que será la red de apoyo que te ayude cuando lo necesites o te veas abrumado.
Es importante crear un plan de acción para tu empresa, enlazado a la consecución de objetivos y alcance de metas. La planificación ayuda para afrontar los retos y obstáculos que plantea el desarrollo de tu negocio.
Ser pesimista no quiere decir que no puedas disfrutar del camino hacia el éxito final, por lo que debes buscar el momento para celebrar los pequeños triunfos que vayas teniendo, no tienen porque ser logros grandes y definitivos, cada pequeño éxito debes reconocerlo y celebrarlo.
Está claro que ser un emprendedor pesimista es complicado, pero no es el fin, posiblemente tengamos una serie fortalezas que nos permiten superar cualquier obstáculo. Lo que no nos mata nos hace más fuertes.