En mundo en el que las tecnologías de la comunicación se están comiendo casi cualquier sector y medio que nos podamos imaginar, los nuevos medios de pago con base en la tecnología están condenando al dinero en efectivo a un papel residual. Pese a que todavía a día de hoy el 85% de las transacciones mundiales se realizan en efectivo, la tendencia se está invirtiendo poco a poco.
Una situación muy atractiva para los gobiernos de los diferentes países, que ven en el fin de los pagos en efectivo un medio para combatir el fraude fiscal. No en vano, algunos son los países que han dado un paso adelante en este sentido, como Dinamarca, que han comenzado a ofrecer la opción de no aceptar pagos en efectivos a determinados establecimientos a partir de 2016.
Dinamarca lleva ya varios años cercando el efectivo. El Banco Central de su país ya ha abandonado la producción de billetes y monedas. En otros países de su entorno, como Suecia, los monederos son cada vez menos frecuentes y también se ha estudiado la posibilidad de suprimir el dinero físico. Estas medidas tienen como objetivo no solo evitar el fraude fiscal, sino también eliminar los costes administrativos y financieros que implica el manejo de dinero físico.
En España, las transacciones con dinero físico suponen un 46% del total, cuando el fraude fiscal se cifra en el 20% según diversas agencias, organismos e instituciones, tanto públicas como privadas. En 2012 se introdujo una ley para limitar los pagos en efectivo hasta los 2.500 euros, y algunos grupos políticos han propuesto deducciones en los gastos realizados para favorecer el uso de tarjetas.
En cualquier caso, es demasiado pronto para afirmar que estamos ante el fin del dinero en efectivo. Se dan las circunstancias para que esto sea así, y muy posiblemente así será dentro de 10 o 20 años, pero a los billetes y monedas todavía les queda bastante vida y muchas cosas que contar.
Imagen | sancho_panza
En Pymes y Autónomos | Las tarjetas "white" y la supresión del dinero en efectivo acabarian con el fraude fiscal