Que el dinero en efectivo cada vez se utiliza menos para las compras es un hecho. Hoy en día que un comercio no admita el pago con tarjeta supone de forma irreversible la pérdida de una cantidad de clientes que directamente ya no llevan efectivo encima. Según las estadísticas del Banco de España la tendencia es clara, se paga más con tarjeta pero cada vez cantidades menores.
La tendencia el clara, la media de pago en 2002 era de 47 euros mientras que en 2019 se situaba en 36 euros. El descenso es mayor si consideramos el efecto de la inflación acumulada. El gran salto adelante lo ha provocado la llegada de los medios de pago sin contacto, ya sea desde la propia tarjeta o utilizando dispositivos móviles.
Más pagos con tarjeta y por una cantidad menor
La comodidad y rapidez para los clientes, que en muchos casos ni siquiera están obligados a introducir el PIN supone que este es el medio de pago favorito de muchos de ellos. A esto se une el hecho de que la extensión de los TPV que los bancos facilitan a los locales facilitan esta posibilidad se encuentran muy extendidos en España.
El otro gran responsable de este aumento es la compra online. Mientras que en 2002 comprar por Internet era algo impensable para la mayoría, hoy está muy normalizado para la mayoría de los consumidores. Se ha producido un cambio en los hábitos de compra y lo que antes se compraba o se consumía de forma presencial y se pagaba con efectivo, ahora se paga a través de tarjeta y nos llega a casa.
No todo son ventajas en el pago con tarjetas para los comercios
Para algunos comercios puede suponer una comodidad, al tener menos efectivo, se reducen también los riesgos de robos, los errores en la devolución de cambio y los descuadres de caja. Pero a la vez genera otros diferentes, como el caso de las comisiones por cobros con tarjeta o el pago de propinas con este medio, por ejemplo.
El pago en efectivo ha sido el favorito en muchas ocasiones ya que resulta más opaco. Cobrar con tarjeta deja un rastro electrónico de la transacción, un ingreso de dinero que consta y este es el principal motivo por el que a algunos no les interesa que su volumen de facturación con este medio de pago aumente.
Quizás por ese motivo cada vez se van introduciendo más límites al pago con efectivo, fijado ahora en 1.000 euros, a la vez que se fomenta el pago con medios de pago electrónicos. A mi modo de ver el reto será ver cómo se controla en el futuro el pago con criptomonedas, que aunque deja un rastro electrónico es mucho más complicado de rastrear en algunos casos.
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