En otras ocasiones he defendido la libertad de cada empresario de poder contratar libremente sin condicionantes de ningún tipo, incluso recientemente he criticado la imposición de cuotas de determinados colectivos para lograr supuestas igualdades, pero hoy quiero dar un paso más allá, hoy quiero quejarme y denunciar cuando los poderes públicos (pero también las empresas privadas) utilizan estas cuotas y la contratación de determinadas personas o colectivos solo para vender imagen, sin que realmente haya una voluntad social o integradora detrás.
Vivimos en una era en la que se nos llena la boca hablando de la responsabilidad social corporativa, se nos llena la boca hablando de los simpáticos, sostenibles y solidarios que somos con nuestro entorno, ¿pero realmente nos lo creemos?, ¿realmente somos así?, ¿o en muchos casos solo se hace porque aporta beneficios, beneficios de diversa índole?
Por supuesto que hay que proteger e integrar al mas desfavorecido, y bien valdrá sea el motivo por el que se haga una supuesta “obra bondadosa” si con eso favorecemos al marginado, desprotegido o en peligro, pero si lo hacemos debe de ser porque nuestra empresa, porque nosotros como empresarios creemos firmemente en eso, no para exhibirlo como un mono de feria para caer bien delante de la sociedad, conseguir ventajas fiscales o simplemente para fardar de lo “buenos” que somos ante nuestro entorno.
Hay que proteger al discapacitado, se tienen que promover políticas activas para su inserción, se tiene que proteger a los colectivos con determinadas dificultades o en riesgo de exclusión, se tienen que preservar los animales y las florecitas, se tiene que evitar que nuestro planeta se caliente (por cierto, ¿seguro que es negativo que se caliente?), pero de ello no podemos hacer una bandera para nuestro propio beneficio y por nuestro puro (eso si, legitimo) interés, y si lo hacemos, hagámoslo, bien estará pues como mínimo el bien social ya lo habremos realizado y alguien se beneficiará de ello, pero mantengamos la decencia y no nos vanagloriemos y lo vendamos como si fuésemos los salvadores del mundo.
En Pymes y Autónomos | El factor mujer
Imagen | Croqueta de Arroz