Hace unos años el concepto Responsabilidad Social Corporativa se asociaba a un movimiento que surgió en la década de los 90 en Estados Unidos, ¿el objetivo? Que la globalización fuera sinónimo de buenos augurios para el conjunto de las empresas, grandes o pequeñas.
La realidad nos muestra que esas expectativas quedaron como un proyecto altamente optimista al afrontar 2019. Mucha competitividad, desequilibrios entre los países y también dentro de ellos. Pero no obstante, la RSC sigue en auge y sus objetivos están más centrados en la sostenibilidad y en los derechos humanos.
Nuevos hábitos de compra por parte de un cliente más exigente e informado
Si los clientes han cambiado y sus hábitos de compra también, resulta obvio que la manera de dirigirse a ellos, a través de la RSC, sea similar a los gustos y preferencias del nuevo consumidor. Al cliente ahora le interesa la naturaleza, el medio ambiente.
Teniendo en cuenta este panorama, las empresas líderes tendrán que integrar cada vez más los desafíos sociales, ya que adquieren más y más peso en la sostenibilidad empresarial.
Hay muchas formas de cuidar al cliente, y una de ellas es a través de una empresa que muestre una imagen de compromiso real con su entorno.Los consumidores quieren conocer el origen de lo que están comprando sometiendo sus decisiones a otros criterios vinculados con la sostenibilidad.
Esta tendencia es muy clara en el sector agroalimentario con un incremento en la demanda de productos naturales u orgánicos
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Este contexto, ha favorecido el auge del debate sobre la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), como herramienta que sirva para aminorar el impacto negativo de las empresas en general y de las multinacionales en particular, sobre los derechos sociales, laborales, el medioambiente y en definitiva, sobre los Derechos Humanos.
El cliente, más crítico que nunca con las grandes empresas
Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) son una iniciativa impulsada por Naciones Unidas para dar continuidad a la agenda de desarrollo tras los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
El informe de Deloitte “2030 Purpose: Good Business and a Better Future” ha evaluado la vinculación entre el propósito de las principales compañías españolas con el desarrollo sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
Según el informe, las empresas del IBEX 35 aún tienen un gran margen de mejora en este ámbito:
Hasta 2016, solo tres compañías contaban con un propósito integrado, de forma clara, en su estrategia.
En España, el compromiso de las compañías con los ODS todavía es muy limitado, ya que solo el 9% de las empresas del IBEX 35 ha incorporado a su estrategia un propósito que integre, de forma clara, alguno de los Objetivos.
Este dato, que se desprende del informe, revela la oportunidad que se presenta para fortalecer los propósitos de las organizaciones empresariales y mejorar la involucración real de las empresas españolas.
La RSC también influye en los empleados, puesto que es un factor de motivación y vinculación por la compañía y de atracción muy importante: como el hecho de que haya carsharing, un servicio de coche compartido que ofrece a sus usuarios una flota de vehículos durante cortos periodos de tiempo, en la mayoría de los casos minutos, aunque se permiten duraciones de horas o un día completo.
Estos datos lo que vienen a decir es que la RSC es un beneficio tanto para los clientes internos y externos, así ha sido siempre, sólo que ahora hay que ponerse las pilas y adaptar lo que la empresa puede ofrecer, pero sobre todo que las más grandes sean las que colaboren aún más.
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