A veces creo que cuando los políticos hablan es como un truco de magia. Y hay algo que se repite y no se cumple. Cambiar el modelo productivo, pasar de depender del turismo de sol y playa y transformarnos. Y para eso se necesitan empresas y emprendedores. Las startup son sexis para vender. A todo el mundo le gusta como suenan. Pero la realidad que hay detrás es otra.
No se pasa de la noche a la mañana de un país de funcionarios o un país de emprendedores, si se me permite la hipérbole para visualizar las aspiraciones de muchos. En lo peor de la crisis ser emprendedor era una buena salida, pero muchos de los que entonces apostaban por esta vía acaban preparando unas oposiciones. ¿Qué ha ocurrido en el proceso?
Papa ¿me prestas el garaje para montar mi empresa?
Grandes empresas comenzaron en un garaje. El relato del emprendedor es seductor. Si otros pudieron hacerlo, ¿por qué no puedes tú? A esto se suman otras empresas que han crecido con muy buenas ideas y muy poca financiación y han triunfado. También en nuestro país.
Pero se esconde una parte del relato. Son pocas las que llegan y muchas las que fracasan. Incluso de las que llegan, pocas las que tras un impulso inicial se mantienen. Porque el objetivo de muchas startups no es ser rentables, sino llamar la atención de otras empresas mayores y ser adquiridos por ellas. Quizá por eso no tienen un modelo de negocio claro.
A esto se le suma que se llama emprendedor a todo el mundo, desde el que quiere montar una empresa al que trabaja por su cuenta como repartidor de Glovo. Y está claro que no es lo mismo. A pesar de ello es posible que en ambos casos los ingresos lleguen a ser muy parecidos durante mucho tiempo.
Hijo, estudia unas oposiciones y ten ingresos estables
Por eso tras ver como a pesar de dedicar horas, muchas horas, no tener prácticamente vida intentando sacar adelante una startup o un proyecto muchos se dan por vencidos. No es país para emprendedores, porque muchas veces no es un problema de financiación, es un problema de apoyo.
No basta con viveros de empresas, con tener a mentores que nos ayuden a no cometer los mismos errores o una financiación escasa FFF. Se necesita un apoyo más decidido. Una startup que triunfa es una apuesta muy económica por el empleo que puede llegar a generar.
Pero tras intentarlo, tras agarrarse al clavo ardiendo del emprendimiento la realidad muchas veces nos golpea. Se acaban las aventuras y llega el momento de buscar unos ingresos más estables. Y las oposiciones a veces son una salida que se ve con buenos ojos.
Visto con otra perspectiva es como tener un hijo que quiere ser actor. Bien, pero mejor primero estudia la carrera de derecho y ya si eso te subes al escenario. En este caso es más bien al contrario. Has perseguido tu sueño y lo único que has ganado es una deuda.
Imagen | RyanMcGuire