Se incrementa el cese de actividad de los autónomos ¿microcréditos al rescate?

Durante 2009, 156.000 autónomos cesaron su actividad (Solos, PDF), número que se ha visto incrementado con los 16.175 que lo hicieron en el pasado mes de enero. Este dato refleja que durante el año pasado se perdió algo más del 7% de la estructura empresarial, tendencia que no parece cambiar en 2010.

De las bajas, el 70% corresponde al sector de la construcción, previsible después del crecimiento espectacular de los últimos años, pero que evidencia la ineficacia del Plan E, ni de las ayudas para la rehabilitación de viviendas y edificios. La segunda actividad más afectada es el comercio minorista el cual ya tenía un problema estructural de sobreoferta en años anteriores, ante la consolidación de los nuevos formatos comerciales de mayor dimensión y que se ha agravado con la la fuerte disminución del consumo familiar en el último año.

La hostelería es el otro sector que presenta evidentes síntomas de debilidad en los últimos meses, especialmente en los periodos postvacacionales. Pero la causa principal se centra en la escasez de nuevas incorporaciones. Los modelos actuales de fomento del autoempleo no valen en periodos de crisis. No se atiende suficientemente a las nuevas iniciativas y la escasez crediticia no ayuda precisamente a incentivar la emprendeduría.

La reunión informal de Ministros de Trabajo y Seguridad Social de la Unión Europea, reunida en Barcelona el pasado 29 de enero, ha decidido proponer al Consejo de Ministros de Políticas Sociales que se celebrará el próximo 8 de marzo la creación de una línea de cien millones de euros para fortalecer las políticas de microcréditos dirigidos especialmente a los jóvenes y parados de larga duración.

La gran incógnita es conocer cómo será el sistema de gestión en España y si se tendrán en cuenta los errores ya conocidos en periodos anteriores. La experiencia ha demostrado el fracaso hasta ahora de todas las iniciativas que se han instrumentado en exclusiva a través del sistema financiero comercial, porque las entidades exigen protocolos de solvencia que no corresponden a este tipo de acciones de clara naturaleza social. En el caso de que la línea se articule a través del ICO, las grandes incógnitas son, saber qué garantías de solvencia exigirá y en qué condiciones ofrecerá estos créditos.

De todos modos, la gestión de la política de microcréditos no debería quedar exclusivamente en manos de las instituciones financieras ya que deberían ir acompañada por otras medidas complementarias tanto de acompañamiento social, técnico y fiscal, en caso contrario, supone plantearse un escenario bastante optimista (lo cual no sería nada nuevo), por lo que esta nueva iniciativa será un rotundo fracaso por no poner a disposición de los emprendedores los canales de información y asesoramiento que garanticen las viabilidad de sus proyectos.

En Pymes y Autónomos | Autoempleo
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