Hallar la fórmula idónea para adaptar el horario al público no es complicado. Son muchos los factores que la forman: la necesidad del cliente, sus gustos, los cambios en su comportamiento a la hora de comprar, nuestras propias necesidades...
¿A qué hora cierro mi negocio? Se plantea quien acaba de abrir un local. ¿Lo mantengo abierto todo el día? ¿Eso me garantiza un incremento en los ingresos? Y luego pasan las horas y no acude nadie. O quizás un miércoles sí. El tema de la apertura tiene que ver más con la experiencia, con los clientes y los empleados. Encontrar el equilibrio entre estos tres componentes es fruto de la observación.
En un barrio o zona comercial, son muchos los locales que a base de prueba ensayo-error, logran encontrar una solución.
Requisitos a tener en cuenta
Si durante muchas horas tienes el local vacío, ¿no sería interesante abrir antes para captar a la clientela a la que le es imposible esperar a que abras?
Son muchos los ejemplos de pequeños empresarios que han ido cambiando su horario a la medida del cliente. Si uno conoce a su clientela y sabe que hasta las 17:30 no pueden ir a comprar, de nada sirve abrir dos horas antes, es pura lógica.
Los horarios fijos ayudan a estudiar el comportamiento de nuestros clientes. Cuándo tenemos la tienda vacía, ¿a qué hora hay un mayor número de personas? ¿Cuánto tiempo 'muerto' pierdo con el local vacío?
Puede que adaptar nuestro horario al cliente en ocasiones no sea cómodo o justo, pero buscamos rentabilidad, y si para ello hemos de modificar costumbres de antaño, hay que dar el paso y adaptarlo a tu sector.
En Pymes y Autónomos|Los horarios comerciales en España tienden a expandirse,¿Por qué no liberalizar horarios comerciales?
Imagen|Santi Villamarín