El síndrome postvacacional se mezcla con el desempleo y la angustia de no tener un trabajo al que volver en septiembre. ¿Pero y los que están deseando volver a su empleo? Haberlos haylos.
Son esas personas que tienen la gran suerte de trabajar en un ambiente motivador, con buenos compañeros, un sueldo digno y un jefe que valora su labor. Aunque suene extraño: en el mes de septiembre también se escucha: "Bendita rutina".
Razones para amar tu trabajo
Trabajar no está relacionado con sacrificio sino con placer.
Ser capaz de convertir un ambiente poco estimulante en un espacio donde sentirse pleno.
Mismo trabajo, diferentes trabajadores, reacciones dispares:
Imaginemos a un conductor de autobús. Todos los días ha de hacer el mismo recorrido hasta que la empresa le cambie a otra línea. Conoce cada calle, cada semáforo y por fortuna o por desgracia, a la mayoría de los usuarios.
Para él resulta traumático ponerse frente al volante:
1.No le gusta hablar con la gente.
2.Detesta los conflictos que se generan entre los pasajeros.
3.Odia la rutina.
4.Sólo le gusta conducir su propio coche.
5.Cree que le pagan poco.
Pensemos en otro trabajador con el mismo empleo:
1.Tiene un hijo pequeño y su tiempo libre lo dedica a pasarlo con él.
2.Es sociable y le gusta la relación con el pasajero. Conoce a todos y le resulta agradable que le pregunten por su hijo.
3.Además del trabajo le apasiona viajar.Y sabe que su trabajo es un medio para poder satisfacer esa afición.
4.Tiene un talante optimista y cada día afronta su labor con la mejor predisposición porque es consciente de que su trabajo es el que es.
No existe pócima mágica, sólo la actitud
Por más consejos que nos den o que traten de motivarnos, la realidad es que muchas personas no pueden cambiar de trabajo, por lo que sólo queda mejorar su actitud. Al fin y al cabo esas 8 o 10 horas las tienes que cumplir, mejor intentar hacerlo sin pensar que se trata de un sacrificio.
En Pymes y Autónomos|Los empleos más felices de 2017 no son los que tienen salarios más altos
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