A nivel personal, todos los ciudadanos estamos indignados con la situación que se está produciendo con las reiteradas subidas de la factura de electricidad.
El colmo fue la perogrullada del 11% que el Gobierno ha "tamizado" al 2,3% posponiendo ese recorrido de subida para más adelante. Sin embargo, aunque haya que sufragar un déficit tarifario de difícil explicación y comprensión, lo cierto es que la repercusión de cada subida en la economía es nefasta.
Si el precio de la luz sube cerca del 10% a lo largo de 2014, el coste energético aumentará en casi 2.000 millones de euros, hasta superar los 15.000 millones anuales. A medio y corto plazo, como efecto inmediato, esto podría causar la pérdida de unos 100.000 empleos.
Este probable incremento de la tarifa eléctrica ha obligado que tanto las cementeras, como las siderúrgicas, los fabricantes de automóviles y las más de 214.000 pequeñas y medianas empresas (Pyme) se han que integran el tejido industrial español estén presionando al Gobierno para el control de las subidas de los precios.
Hay determinados sectores que son consumidores intensivos de electricidad como por ejemplo, los fundidores, para los que la electricidad representa entre el 10%-30% de sus costes; las cementeras que están viendo mermada su capacidad de exportación por este motivo cayendo un 3,5% en 2013.
Un caso particular es el de la siderurgia española ya que los precios que paga por la electricidad son un 20% más elevados que en Francia, y un 35% más que en Alemania. La razón es que la mayoría de las empresas siderúrgicas españolas son pymes, el 90% tiene menos de 250 empleados, y apenas tienen margen para negociar con las eléctricas o para asumir la subida de la luz en su cuenta de resultados.
Aunque el sector industrial español no destaca por su fortaleza, su fragilidad le hace ser extraordinariamente sensible a las variaciones, en este caso, por ejemplo, del precio de la electricidad. Pero estas subidas también afecta a un sector vital para la economía española y las pymes, el sector servicios.
Resulta perverso que desde el Gobierno se apoye una devaluación competitiva basada en bajadas salariales y reducción generalizada de márgenes comerciales de las empresas y, por otra parte, se mantengan e incrementen los márgenes de las eléctricas a costa de toda la economía española, más o menos como hace con el sector financiero.
Imagen | Lablascovegmenu En Pymes y Autónomos | Las pymes, las más perjudicadas por las continuas subidas de la electricidad