Las empresas más pequeñas tienen problemas en muchas ocasiones para gestionar adecuadamente las vacaciones de sus plantillas. Se busca que el descanso del personal se concentre en los meses de verano, donde muchas de ellas sufren un descenso de actividad, pero no siempre es posible por lo que la gestión de las vacaciones se puede convertir en un problema.
Por un lado porque si se va una persona de un departamento, en una micropyme supone que una parte muy importante de la empresa o todo ese departamento deja de trabajar. A poco que la empresa tenga cuatro o cinco trabajadores, hablamos de entre un 20 y un 25% de la plantilla de vacaciones. Y no siempre los que se quedan pueden cubrir el vacío o asumir las tares pendientes.
Por otro lado, asumir las vacaciones de todo el personal implica cuatro o cinco meses al año con una persona menos, por lo que no se pueden asignar todas las vacaciones durante los dos meses de verano, a menos que coincidan más de dos personas, por lo que tenemos más dificultades todavía para seguir con la actividad.
Lo cierto es que se apuesta cada vez más por tomarse semanas de vacaciones en lugar de hacerlo por quincenas o todo el mes. De esta forma en la empresa se puede minimizar la ausencia de personal que supla al que está descansando. Además todo esto hay que sumarlo con la conciliación de vida personal y familiar, sobre todo aquellos que tienen niños.
Al final el principal inconveniente es que muchas empresas van muy justas de personal, ya que cuando se calcula el personal necesario para cubrir una actividad no se suele tener en cuenta las vacaciones y restar los meses que no vamos a contar con la plantilla completa. Y luego vienen los problemas en verano.
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