Repasando un libro sobre liderazgo me sorprendió encontrar un punto extenso dedicado al orden y la limpieza en el trabajo. No se trataba sólo de subrayar que es importante por higiene o estética mantener el espacio de trabajo ordenado. Hay algo detrás más importante que unas mesas donde no haya una mota de polvo.
La sensación de que un local, una oficina o cualquier lugar donde desempeñemos nuestro trabajo diario está limpio y en perfecto estado de revista, nos transmite paz y armonía. Además de ahorrarnos mucho tiempo si necesitamos buscar un objeto.
Profesionalidad también es sinónimo de orden
Justo cuando en el manual leía sobre la importancia de ser profesionales y de cómo manejar ciertas situaciones ante los subordinados o un superior, apareció el tema de recibir a clientes en tu oficina. Y la importancia de ofrecerle un entorno agradable.
Pero no pensemos que el protagonista del disfrute de ese lugar atractivo era solamente el cliente, el trabajador también. En un espacio donde reina la armonía y el orden, genera eficiencia. ¿Acaso dan ganas de trabajar en un despacho donde a la silla le falta un brazo y puede que algún día te deje en el suelo? (Anécdota real)
Mente ordenada, espacio ordenado, mejora de la productividad
¿Alguna vez te has levantado por un impulso de tu silla y te has puesto a ordenar y limpiar tu lugar de trabajo? Seguro que sí, y después una sensación placentera, te ha invitado a escribir o a diseñar o lo que sea que hagas, como más energía.
No es magia, el orden invita al orden. Si nuestra mirada no deja de posarse en esa mancha que hay en la pared, o de aquel refresco que alguien dejó abandonado ayer, te distraerás, a no ser que ese tipo de cosas no te afecten.
¿De veras hacía falta un método japonés?
Se pusieron de moda. Pero, ser capaz de mantener un espacio limpio y aseado debería ser producto del sentido común. La suciedad conlleva no sólo desorden sino mal olor, enfermedades y sobre todo una imagen nefasta.
Puede que la disciplina no esté de moda, y sí los espacios abiertos para trabajar en equipo, pero eso no exime a cada empleado de su responsabilidad de mantener su lugar decente y aseado primero por él y por sus compañeros.
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Imagen|Jarmoluk