Si no mejora la productividad, la semana de cuatro días es inviable en España
Que España está varios puntos por debajo de la media europea en cuanto a productividad no es ninguna novedad. Pero no por eso debemos dejar de prestar importancia a esta cuestión ya que supone una fuente de crecimiento para la economía. Y en un país como el nuestro, donde el sector servicio y terciario tiene gran importancia es complicado mejorar estos indicadores. Además se da otra variable, si no mejora la productividad, la semana de cuatro días es inviable para España.
Y esto es algo que ya ha comentado en alguna ocasión el Ministro de Seguridad Social. Digitalizar y mecanizar sectores que hoy por hoy son motores para el empleo, que demandan mucha mano de obra como hostelería, comercio, agricultura o construcción supondría que con los mismos empleados se realizan más tareas, pero no necesariamente que se trabajen menos horas.
¿Trabajar menos horas y cobrar lo mismo?
Porque de esto hablamos cuando pensamos en la semana de cuatro días, de una fórmula para repartir el trabajo, de hacer que haya más empleo, pero que a su vez, las horas que estamos en nuestro puesto sean mucho más productivas.
Gana la empresa, porque el coste medio por empleado supone una mayor plusvalía generada por cada uno de ellos, pero también a nivel país se supone que hay un mayor número de gente empleada. Y es aquí donde surgen mis dudas.
Los sectores altamente productivos, como la fabricación de automóviles, no van a mejorar sus datos de empleo si son más productivos. Suele ser al revés, la utilización en las cadenas de montajes de mayor robotización, supone más productividad, pero menos empleo. ¿Se pueden trabajar seis horas y ser más productivo? En este sector los límites los suelen marcar las herramientas y la formación en su uso de los empleados contratados.
Otros sectores como hostelería, servicios, comercios, etc. tienen que cumplir con unos horarios de apertura y cierre. ¿La digitalización les ayuda a ser más productivos? Ciertamente, pero eso no significa que en todo momento vayan a facturar más, sino que en los momentos de picos de trabajo los pueden afrontar mejor.
Un cambio de modelo productivo que hoy por hoy nadie quiere afrontar
Llegados a este punto es donde mil veces se ha repetido el mantra del cambio de modelo productivo, pero ningún Gobierno ha logrado hacerlo. Supone decir adiós o dejar de impulsar a sectores ahora estratégicos, como turismo, construcción, comercio.
Por un futuro incierto, donde hay que competir con otros países en la creación de productos de alto valor añadido, en I+D+i, lo primero que se recorta llegado el momento de una crisis y sobre todo, sin tener un marco normativo más allá de las próximas elecciones.
Y este es un problema grave para cualquier inversor a medio y largo plazo. El ejemplo más sencillo lo tenemos en la apuesta por las renovables antes de la crisis de 2008 y el cambio de rumbo poco después, con unas rentabilidades que nunca fueron las que se esperaban.
El resultado es un bucle infinito, en el que la economía en España no es productiva, porque se apoya en sectores de alta demanda de mano de obra, que generan mucho empleo, trabajan muchas horas pero que producen poco en comparación con otros países de nuestro entorno por cada hora trabajada.
Y esto las que están legalmente registradas, que todos conocemos sectores que son como el parchís, se paga una hora y se hacen veinte. Afortunadamente no son todos, pero son los primeros en sufrir problemas para encontrar personal cuando la situación económica es mejor, cuando hay más opciones para encontrar empleo en diferentes sectores.