Mi próximo servidor de empresa será virtual, pero se mantendrá en mis oficinas
Muchas pymes todavía tienen dudas a la hora de afrontar el salto a la nube o adoptar tecnologías que llevan ya mucho tiempo con nosotros como la virtualización, pero que lo ven como algo propio de la gran empresa. Y lo cierto es que hay diferentes escenarios en los que puede ser muy útil para el día a día. Por eso mi próximo servidor de empresa será virtual, pero se mantendrá en mis oficinas.
Porque supone el paso más lógico para las pequeñas empresas que desde hace años han vivido apegadas a un servidor, a un hardware donde centralizan todo lo que necesitan en su día a día. Es cierto que cada vez más el trabajo remoto y la movilidad de los empleados nos lleva a un modelo más híbrido, pero para muchas todavía no están seguras de querer llevar su información fuera de sus instalaciones.
¿Por qué no llevar el servidor a la nube?
Ya que apostamos por la virtualización y que tenemos que renovar nuestro hardware, lo lógico para muchos sería dar el salto a la nube. La realidad es que muchas empresas desconfían. Prefieren tener sus datos, y los de sus clientes, alojados en sus propias instalaciones. Incluso aunque la nube estadísticamente tenga mejores cifras de tiempo de inactividad o problemas de pérdida de datos.
A las empresas tradicionales les cuesta dar el salto a la nube
A favor de la nube tenemos una menor inversión inicial. Se paga por uso, por los recursos que necesitamos y es escalable. Contratamos más o menos recursos en función de nuestras necesidades.
En contra que las empresas llevan muchos años trabajando de la misma manera, un servidor que aloja sus datos y aplicaciones, ubicado en sus propias oficinas. La mayoría se sienten más tranquilos sabiendo que sus datos están bajo su control, aunque en algunos casos sea un falso control.
¿Qué ventajas nos aporta virtualizar el servidor?
Hablamos de que llegado el momento de renovar el hardware de nuestro servidor, sea una opción a considerar, sobre la instalación tradicional de un servidor de forma tradicional. Una vez puesto en marcha a nivel de trabajo la virtualización será transparente. No notarán ninguna diferencia a nivel operativo y en la gestión del servidor en su día a día.
¿Pero entonces por qué virtualizar? La cuestión está en el tiempo que ahorramos en la administración y recuperación del servidor en un momento dado. Al fin y al cabo no se trata de otra cosa que invertir en lo que se conoce como continuidad de negocio. Tener la seguridad de que ante cualquier tipo de percance nuestra empresa estará trabajando de la manera más eficiente.
Y esto teniendo en cuenta la incidencia de problemas de seguridad como pueden suponer el ransomware, pero también ante un problema físico del servidor o de catástrofe mayor en las oficinas. Y todos sabemos que este tipo de problemas siempre ocurren en el momento más inoportuno.
En empresas que necesitan alta disponibilidad de datos, como podría ser una central de reserva de hoteleras, agencias de viajes, sector financiero, todo este proceso se ejecuta de forma automatizada haciendo copias y si falla una máquina virtual automáticamente se restaura la copia en cuestión de minutos. Tal vez una pyme no necesite una inversión tan fuerte de este tipo, pero si se puede beneficiar de las ventajas de este modelo.
Una copia completa de tus datos y tu sistema
Empezando por una cuestión tan sencilla como las copias de seguridad. Para muchas empresas la realidad es que suponen un problema. Sobre todo porque no tienen una estructura jerárquica de guardado de datos en la que estén seguros de que no dejan fuera nada importante.
Virtualizando el servidor es fácil poder realizar con cualquier tipo de programa una copia completa de la máquina virtual. ¿Qué implica esto a efectos prácticos? Que si mañana tenemos un problema grave solo necesitaremos un ordenador potente para ejecutar el programa de virtualización y volver a tener en marcha nuestro servidor de forma inmediata recuperando de una copia.
Pero también suele reducirse de forma notable el tiempo de copia, sobre todo en aquellos casos donde el número de archivos copiados es muy alto. De esta forma es fácil programar un esquema donde se puedan realizar múltiples copias, incluso a lo largo del día mientras se está trabajando. Todo dependerá de las necesidades de cada organización.
Pero va más allá, ya que además también se pueden generar copias de momentos concretos, por ejemplo, antes de una actualización de Windows o nuestro programa de gestión, para volver atrás en minutos si algo a salido mal.
Flexibilidad para dar el salto a la nube cuando nuestra empresa lo necesite
Pero también con la máquina virtual completa es fácil poder dar este salto a la nube, contratando los recursos necesarios para que nuestro servidor mañana esté alojado fuera de nuestras instalaciones y accesible en minutos.
Además si nuestra empresa está en proceso de crecimiento, no es una mala práctica tener una copia virtual del servidor con todo lo necesario para el arranque de una nueva sede en apenas minutos, con la mínima personalización necesaria.
El tiempo es oro
Al final lo que nos ofrece virtualizar es tiempo. No hay que realizar una gran inversión, sobre lo que supone comprar un nuevo servidor, y si nos da una ventaja cualitativa a la hora de mejorar la continuidad del negocio en cualquier situación o incidente.
Es cierto que existen soluciones de copias de seguridad que nos ayudan a restaurar datos de forma muy eficiente. Incluso todo el sistema, pero una solución de virtualización nos da una ventaja añadida, ante un problema físico de la máquina, montarla en otro ordenador y seguir trabajando es cuestión de minutos. Y eso para muchas empresas es un aspecto clave en determinados momentos del año.