Raro es no tener cerca a una amiga, conocida o familiar que haya padecido un cáncer de mama. Son mujeres hechas de otra pasta. Soportan un proceso duro como el de la quimioterapia con optimismo y en ocasiones, dando lecciones al resto, de motivación.
Cuando tan sencillo es caer en la queja, convertir en un drama un problema en el terreno laboral, mujeres como ellas, que han superado este trance son válidas en la empresa, de hecho son necesarias.
Cuando una persona supera una enfermedad tan dura, y de nuevo ha de retomar la vida de antaño, el trabajo resulta fundamental. Un gran número de mujeres ven afectados sus ingresos laborales, algunas no pueden volver a trabajar por culpa de la fatiga que sienten.
No es una experiencia agradable ni la operación ni la quimioterapia, afecta al estado de ánimo y después puede conllevar problemas de autoestima, pero una vez superada, esta trabajadora es igual de válida que otra o si cabe, más.
Diversos estudios recomiendan que la práctica de ejercicio no sólo produce beneficios a nivel físico sino también a nivel mental en estas mujeres. Tanto la depresión, como la ansiedad y la autoestima mejoran por lo que los médicos lo recomiendan durante la enfermedad, la rehabilitación y la recuperación total.
Pero no todo se arregla con el ejercicio sino con la comprensión. Despidos o la no renovación de los contratos están a la orden del día. Y también volver al trabajo de antes no siempre es posible si va de la mano de un esfuerzo físico grande.
A veces, hay que reinventarse (un término tan de moda...) por lo que estas mujeres lo hacen por una razón tan sencilla como que trabajar es sinónimo de normalizar sus vidas.
En Pymes y Autónomos|Despidos nulos e inhumanos,La readmisión de un trabajador despedido sólo es válida si se realiza en las mismas condiciones laborales
Imagen|El Buho nº 30