Este verano las medidas del Gobierno han tenido en foco en los falsos autónomos. No se trata solo del perjuicio que tienen los trabajadores que se ven obligados a hacerse autónomos para trabajar cuando deberían estar contratados, sino también de un fraude a la Seguridad Social. Con la puesta en marcha del Plan Director por un Trabajo Digno ya han aflorado 8.000 falso autónomos.
El Gobierno calcula que existen unos 130.000 falsos autónomos, por lo que todavía queda mucho trabajo por hacer. El envío de cartas a las empresas sospechosas de estar utilizando esta figura parece que ha dado sus frutos. Pero todavía está lejos del objetivo de 40.000 conversiones que tenía el Gobierno.
Lo cierto es que las asociaciones de autónomos elevan incluso esta cifra de falsos autónomos hasta los 210.000 y calculan que la Seguridad Social está dejando de ingresar unos 560 millones de euros. Es un buen motivo para potenciar la Inspección de Trabajo y dotarla de armas para que puedan sancionar a las empresas que incumplen.
Las sanciones que se imponen a las empresas que tienen contratados a falsos autónomos oscilan entre los 3.126 y los 10.000 euros por trabajador. A estas cantidades hay que sumarle lo que nos pueda reclamar la Seguridad Social de las cuotas correspondientes a estos trabajadores y el correspondiente recargo. Esto hace que si les pillan puedan tener graves problemas financieros a corto plazo.
Lo cierto es que la labor de Inspección tiene un efecto contagio que suele ser beneficioso en estos casos. Si una empresa tiene falsos autónomos y ve como a su competencia le han sancionado procurará ir poniendo todo en regla porque sabe que en cualquier momento también le puede tocar a ella la inspección.
En Pymes y Autónomos | ¿Qué hacemos si recibimos una carta de Inspección de Trabajo?