Cada vez que compartimos una sentencia donde una empresa incumple la ley, al utilizar la figura del falso autónomo nos llevamos las manos a la cabeza. ¿Por qué es tan complicado legalizar la situación laboral de un trabajador?
El falso autónomo puede que, como algunos defienden, se sienta cómodo en ese perfil; pero una gran mayoría, como en el caso de este fotoperiodista de El País, son despedidos una vez que dejan de ser útiles para la empresa. De ahí la importancia de denunciar estas malas prácticas de algunas compañías.
Una sentencia obliga a admitir a un falso autónomo en plantilla: ahora es el turno de El País
Según publicaba PRNoticias, el Juzgado de lo Social 31 de Madrid, considera probada la relación laboral entre Víctor S. fotoperiodista y el diario El País. El periódico ha sido condenado a incluir en su plantilla al fotógrafo que colaboraba de manera regular desde hacía trece años.
Durante ese tiempo, trabajó mediante un contrato mercantil y de manera esporádica entre 2010 y 2017. Lo llamativo y por lo que se ha denunciado este caso, es que el profesional recibía cada día por correo electrónico los encargos de los trabajos a realizar.
No tenía libertad para rechazar esas órdenes y así ha quedado probado por la titular del Juzgado y lo ha reconocido la empresa. No está mal que admitan su 'error' después de una década.
Cuando parece que formas parte de la empresa, pero sólo eres un falso autónomo con menos derechos que tus compañeros
En mayo de 2022 el diario contrató a un nuevo redactor jefe que reorganizó el departamento de fotografía y dejó de encargar trabajos a Víctor S. y a otros tres colaboradores.
Sin embargo, las fotografías realizadas por el falso autónomo, podían volver a ser publicadas, vendidas a terceros siempre sin autorización del autor. Esto aparecía en una cláusula en el contrato mercantil de colaboración.
A algunos nos resulta familiar la frase: "Tú formas parte de la empresa, eres uno más" pero a la hora de la verdad, no es así. Aunque figuraba como "Fotógrafo de El País" para realizar los trabajos, no lo era de manera legal aunque se le abonaran ciertos gastos si debía viajar fuera de la capital.
Trabajadores de primera y de segunda aunque sea buenos profesionales
La juez que ha llevado el caso ha condenado a la empresa a incluir en la plantilla al fotógrafo en la categoría de redactor gráfico nivel D y un salario de 33.000 euros brutos anuales, además de indemnizarle con 15.196, 63 euros.
En ciertos sectores, como en el periodismo y la comunicación, parece que los trabajadores que colaboran hicieran un trabajo menor. Esta situación se alarga en el tiempo, cada vez se les exige más pero no se les equipara (en derechos y sueldos) al resto de sus compañeros.
Cuando hablamos del autónomo TRADE dejábamos claro que nada tiene que ver con un falso autónomo porque ambas partes cumplen la ley. En el caso de los falsos autónomos, reciben órdenes y les indican cuándo deben tomar vacaciones sin que eso sea ni legal ni ético, tal y como le sucedía a este fotógrafo.