En los últimos meses algo parece estar cambiando en la economía española, de manera que cada vez son más los que aseguran que la crisis se está diluyendo, y no solo eso, sino que las empresas empiezan a constatar una nueva etapa de crecimiento en sus operaciones y en sus resultados.
Una situación de optimismo que ha alcanzado un grado más tras conocerse que una de las principales agencias de calificación crediticia, Fitch, ha mejorado su calificación para la deuda soberana española. Lo que permitirá al Estado financiarse a precios más baratos, y desplegar la correa de transmisión para facilitar al crédito a nuestras empresas.
Dicho esto, y admitiendo que todo foco de perspectivas positivas en el conjunto de los agentes que intervienen en la economía son positivos, el sector en el que se esperan (o se desean) más avances es en el consumo de los particulares, que a la postre, son los que deberían consolidar la recuperación cuanto se produzca una mejora efectiva de sus expectativas.
La situación actual en las empresas que basan su negocio en el consumo minorista o en sector de retail, que con unos consumidores que aún pasan dificultades y que tienen dudas sobre la futurible situación económica, siguen mostrando retrocesos en las ventas en un entorno en el que la importancia de la variable precio sigue siendo demasiado elevada.
En Pymes y Autónomos | Los autónomos recibieron en 2013 310 millones menos en créditos que el año anterior Imagen | David Lacarta