Según el VI Diagnóstico financiero de la empresa española de la Cepyme (PDF) la empresa española se siente maltratada por la Administración en un 60% de los casos, que opinan que el trato es regular, mal o muy mal. Este porcentaje referido a la Administración central, en las autonómicas sube hasta el 63%.
Las principales reclamaciones de las empresas tienen que ver con el apoyo a la pyme en cuestiones como esfuerzo fiscal, costes laborales y acceso a la financiación. En muchos casos lo que se espera de la Administración es un trato justo, y aquí no se aplica, puesto que en muchas ocasiones las empresas está pendientes de devoluciones que deben hacerles las administraciones durante meses, pero un pequeño retraso en la presentación de un impuesto automáticamente deviene en sanción.
Con respecto al crédito se han notado algunas mejoras, puesto que en el 2014 casi un 34% de las empresas continuaba teniendo restricciones en la obtención de créditos, un porcentaje algo menor que en 2013 que se iba al 41%. El punto negativo es que dos de cada tres empresas han visto como han aumentado las comisiones bancarias.
Otra de las reclamaciones que muchas empresas echan en cara a las administraciones es que dejaran caer a organizaciones que llevaban muchos años de actividad durante la crisis. Lo mismo que se ha rescatado y ayudado al sector de la banca, se han habilitado planes para otros como el del automóvil, a las pymes se les ha abandonado a su suerte.
Las pymes siguen siendo una parte muy importante de nuestra economía, pero con muy poca fuerza a la hora de presionar al Gobierno para que regule a su favor. Es muy complicado poner de acuerdo a todas las empresas de un determinado tamaño para que se puedan ejercer medidas que hagan visible su importancia a nivel económico de este sector de la economía española.
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