Es el tema de moda. El pasado domingo, Jordi Évole reunió en un bar de un barrio popular de Barcelona a las dos figuras emergentes más destacadas del panorama políticio nacional, Pablo Iglesias y Albert Rivera, cabezas visibles de sus respectivos partidos políticos, Podemos y Ciudadanos. Se trataron muchos temas de interés general pero si ha habido un tema que de verdad ha dado que hablar, este ha sido la comparación de España con Dinamarca.
Ambos políticos coincidían en que querían emular el sistema laboral danés, con sueldos muy elevados y con una baja tasa de desempleo, aunque con argumentos bastante contrapuestos. En realidad, ninguno de ellos tenía razón, ya que la mayor parte de argumentos se basaban en premisas imprecisas o, directamente, incorrectas.
En una de sus intervenciones, Pablo Iglesias argumentó que España debería acercar los sueldos de los trabajadores para parecerse a Dinamarca, y para ello el Estado debería subir el SMI a un nivel por determinar, además de derogar la reforma laboral con el objetivo de proteger a los trabajadores con un coste de despido más alto. Por su parte, Albert Rivera propuso dar mayor valor a la negociación colectiva que se cargó el PP con la reforma laboral. Pues bien, curiosamente, ninguna de estas premisas se dan en Dinamarca en la actualidad.
Dinamarca es uno de los países con un mercado laboral más libre. No existe salario mínimo interprofesional tal y como lo conocemos, la indemnización por despido es prácticamente inexistente (un máximo de seis mensualidades para quienes llevan más de quince años en la empresa), el empresario no paga cotizaciones sociales (la Seguridad Social se financia en un 100% con el IVA) y la negociación colectiva es una de las más descentralizadas de Europa, ya que la mayoría de asuntos relevantes se negocian a nivel de empresa, y no mediante convenios sectoriales o, incluso, estatales.
Como resultado, nos encontramos con uno de los países con un mayor salario medio, en torno a 3.500 euros, y una tasa de desempleo de cerca del 6%. Bien es cierto que a ello contribuye un sistema asistencial muy grande y extendido y una productividad de los trabajadores mucho mayor que la que podemos tener en España como consecuencia del elevado grado de industrialización del país, pero la legislación laboral es la que es y si queremos agarrarnos a eso, toca liberalizar el mercado laboral mediante una nueva reforma, y de las buenas.
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