Cada vez hay más autónomos mayores de 65 años que continúan en activo. Así lo atestiguan, al menos, los datos de la Seguridad Social recogidos por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA). En esta franja de edad, el colectivo ha aumentado su presencia en un 88%, casi duplicando los datos de 2009.
En concreto, los autónomos mayores de 65 años han pasado de 66.079 en agosto de 2009 a 124.675 en agosto de 2019. Según la propia asociación, esto ha sido en parte debido en parte a la conocida como jubilación activa, una opción que permite a los trabajadores acceder a una pensión de jubilación y seguir trabajando al mismo tiempo.
De hecho, los incrementos en las restantes franjas de edad han sido mucho más moderados o incluso negativos. Este es el caso de los autónomos con edades comprendidas entre 30 y 34 años, en la que el número de autónomos se reduce en un 34%, y la franja de entre 25 y 29 años, que también se reduce en un nada despreciable 28,20%.
Llama la atención también que en el periodo de 2008 a 2018, el incremento de trabajadores jubilados en el régimen general sea cuatro veces mayor que el de trabajadores jubilados del RETA (52,2% de los trabajadores por cuenta ajena por tan solo un 12,7% de los trabajadores por cuenta propia).
Estamos asistiendo a un envejecimiento gradual pero progresivo del empleo autónomo. A los jóvenes no les seduce ya la posibilidad de emprender un negocio por cuenta propia, y los mayores tienen que seguir trabajando para poder obtener unos ingresos que, en muchas ocasiones, rozan el nivel de subsistencia.
No obstante, la jubilación activa está dando buenos resultados. Por eso, desde ATA animan al gobierno que salga de las urnas a ampliar la jubilación activa al 100% a todos los autónomos, a la vista de los excelentes resultados que está dando la actual normativa.