El pasado viernes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de ministros, el Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, anunció que el Gobierno ha decidido dar marcha atrás en el anteproyecto de Ley que regulaba las aportaciones a proyectos de Crowdfunding limitando las cuantías a 3.000 euros por proyecto o 6.000 euros por plataforma durante un plazo de doce meses.
Una muestra de sensatez y sentido común de los gobernantes ante una decisión absurda y contrapreducente que ya habíamos denunciado en este mismo medio y que chocaban con otras decisiones de este mismo Ejecutivo para tratar de facilitar recursos económicos a iniciativas empresariales cuyo riesgo y especiales características les impedían acceder a financiación en condiciones adecuadas.
Sin embargo, este movimiento se ha quedado a medias puesto que no se ha eliminado el límite de un millón de euros que se había establecido para las empresas, a pesar de que, hasta ahora, ninguna compañía española ha conseguido superar esa cifra. Así pues, los inversores profesionales con rentas superiores a 100.000 euros anuales no tendrán ningún problema a la hora de financiar nuevos proyectos.
Se estima que, de haber salido adelante esta regulación, las limitaciones hubiesen supuesto una pérdida de hasta el 80% del capital invertido y un 40% de los inversores, lo que sin duda hubiese dificultado (en muchos casos, incluso, impedido) la puesta en marcha de proyectos empresariales que por sus especiales características no hubiesen podido acceder a otras vías de financiación alternativas.
No obstante, no debemos idealizar el Crowdfunding como única forma de financiación. Como bien nos recordaba Jesús, a pesar de constituir un modo de financiación muy atractivo, no todos los proyectos son susceptibles de ser financiados mediante microdonaciones. La no limitación de las aportaciones por parte de los donantes es una buena noticia, pero mucho ojo con banalizar este modo de captación de recursos económicos.
En Pymes y Autónomos | La peligrosa idealización del crowdfunding como forma de financiación Imagen | Moncloa