Una de las razones para hacerse autónomo es ser nuestro propio jefe. Muchos de ellos han dado el paso después de estar trabajando por cuenta ajena y vienen con un bagaje profesional, una experiencia e ideas claras de como quieren llevar su negocio. Por eso vamos a ver 9 lecciones que puedes aprender de los malos jefes si quieres hacerte autónomo o liderar un proyecto.
Porque seguro que tenemos en mente también algún jefe que nos sirva de espejo, alguien a quién parecernos y que nos sirva de ejemplo. Pero también hay muchos más que han tomado muchas decisiones con las que no estábamos de acuerdo, erróneas o que acababan por suponer un fracaso en la gestión del equipo.
9 lecciones aprendidas de malos jefes en la empresa
Habitualmente se suele decir que del fracaso de una emprendimiento se pueden extraer importantes lecciones. Si ya vamos con la lección aprendida, teniendo algunos conceptos claros que no podemos repetir más posibilidades de no volver a caer en los mismos.
1. Reuniones interminables
Seguro que como empleado hemos pasado en algún momento por reuniones interminables, poco productivas y de las que no se llegan a extraer conclusiones. A los pocos días o semanas se vuelve a convocar otra donde se vuelve a los mismos temas no resueltos en muchas ocasiones.
Si a esto le sumamos que las reuniones se convocan casi a final del día y en muchos casos supone ampliar el horario laboral, se sale de ellas con la sensación de haber perdido el tiempo. Reuniones mejor cortas, con pocos participantes y para tratar temas muy concretos. Las que hagan falta, pero de no más de 15 minutos y a ser posible con un acta final de conclusiones para todos los intervinientes.
2. Gestión del tiempo
Los recursos en la empresa son finitos. Y sin embargo el tiempo, que es uno de ellos, no se suele considerar de esta manera. Proyectos que se ejecutan para clientes y donde las horas empleadas se subestiman, no renunciar a ningún encargo, etc. Clientes que nos hacen esperar, que llegan tarde a las citas y luego lo quieren todo para ayer son un ejemplo de desprecio del tiempo de los demás.
No darle valor a nuestro tiempo implica que lo estamos regalando. El autónomo no tarda en sentirse como el conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas, corriendo a todos lados con el reloj en la mano y llegando siempre tarde.
3. Dejar marchar a los clientes que no son rentables
Y dentro de esta gestión de tiempo es habitual que cuando se inicie el trabajo por cuenta propia no se pueda decir que no a nadie. Pero una vez establecida una base de clientes tenemos que tener claro quiénes son los más rentables y cuáles suponen un montón de horas de trabajo y poco beneficio. Es fundamental saber dejar marcha a estos clietnes.
4. Atacar los problemas desde el principio
Cuando surge algún inconveniente en la empresa es importante establecer los cortafuegos necesarios. A veces sabes que no va a ser una tarea agradable, que van a ser muchas horas dedicadas a solucionarlo y tenemos otras cosas pendientes. No hay que abandonarlo todo, pero si es necesario atacar el problema desde el principio y fijar un plan de actuación con unos tiempos determinados.
5. Liderar en lugar de imponer
El jefe que impone su criterio es lo más habitual. Pero a todos nos gustaría convencer a los que tenemos a nuestro cargo, cuando tenemos empleados, de que es mejor convencer que imponer, inspirar que seguir una cadena de mando. La motivación es la mejor manera de mejorar la productividad en la empresa y que todo el mundo de lo mejor de si mismos. Hacer equipo es básico.
6. Es necesario escuchar, al cliente y a los empleados
Muchas veces nos hubiera gustado en nuestro trabajo que el jefe nos escuchara. No que nos haga caso, pero si al menos que tenga otro punto de vista. Como autónomos no podemos hacer oídos sordos a las opiniones de los demás.
La escucha activa es un recurso que muchas veces hemos desperdiciado. Estamos deseosos de obtener feedback, pero solo el que nos gusta, el que nos dice lo buenos y maravillosos que somos. Es necesario escuchar, a los clientes y a los empleados. La parte positiva y la que nos gusta menos. Y sacar conclusiones para no repetir errores.
7. Las guerras internas no solucionan nada
En muchas empresas existen tiranteces entre diferentes departamentos. Alguna vez el jefe puede llegar a convertirlo en una guerra interna para ver quién tiene el poder o la razón. Y esto no soluciona nada. Empatizar con aquellos con los que tenemos que trabajar muchas veces es la mejor manera de lograr no que hagan lo que nosotros queremos, pero si que al menos nos faciliten nuestro trabajo.
8. Los empleados son un recurso valioso de la empresa y como tal hay que cuidarlos
Antes que cocineros fuimos frailes. No debemos olvidarlo. Sabemos que cuidar de los empleados es la mejor manera de tener un buen equipo, un equipo que al final resultará fundamental para que la empresa funcione. Trabajar con buen ambiente, saber que somos personas y no solo trabajadores, que los problemas personales no se quedan en casa y siempre los llevamos con nosotros y afectan a nuestro rendimiento.
9. Trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar
Muchas veces hemos tenido jefes que son workaholics, adictos al trabajo. Y que creen que todo el mundo debe ser como ellos. Si nos hemos hecho autónomos no es para trabajar siempre, todos los días del año, no tener vacaciones, etc. Nos hemos hecho autónomos porque queremos cumplir una serie de metas, de sueños para los que nuestro trabajo es el que nos conducirá a ellos.
Pero no vivimos solo para trabajar. Y este bucle es muy importante romperlo porque en el inicio del trabajo por nuestra cuenta es muy fácil ponerlo en marcha y luego muy complicado salir del mismo.
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