Es importante un autoexamen para conocer las parcelas temporales de máxima productividad. Usar la mañana para responder al correo electrónico, una tarea que generalmente es tediosa y que no consume recursos intelectuales a la que no debemos dedicar nuestras mejores horas. Si alguno de esos correos necesita una reflexión o deben ser más elaborados, lo mejor es esperar a nuestro momento estrella para no cometer errores.
En mi caso trato de programar reuniones en el final de la mañana o después de la comida. Me permite obtener un bloque de tiempo máximo, sin interrupciones y desplazamientos, además de que es un buen momento para absorber y procesar la información.
Conocer nuestros propios límites no es sólo útil para programar nuestra actividad, está muy relacionado con cómo la mente y el cuerpo funcionan. Utilizar el tiempo con eficacia requiere saber cómo optimizar y sacar partido de nuestras fortalezas,incluso si sabes cómo maximizar tu productividad, los pequeños empresarios o autónomos no somos eficaces a la hora de decidir cómo priorizar tareas y no perder de vista el objetivo final, tanto si lo que haces es responder a mensajes de correo electrónico, hacer fotocopias, o negociar con un cliente de alto nivel, nunca perder el foco sobre el objetivo último, si mantienes la alerta sobre este objetivo es más fácil entender qué tareas acometer y en qué orden, e incluso lo que se puede delegar y a quién.
Por último, todos somos diferentes, nuestra productividad es diferente a la de los que nos rodean y entender esta diversidad puede ahorrar mucha frustración y malos entendidos. La clave es encontrar lo que funciona para ti. Conocer a tu "ancho de banda personal". La mayoría son eficaces en ciertas tareas concretas y que integrar todo el proceso no está al alcance de todo el mundo. Si tienes frente a ti tus objetivos es más sencillo funcionar con productividad.
En Pymes y Autónomos | La peligrosa trampa del correo electrónico que mata la productividad Imagen | Teo