Si lo miramos de forma positiva, uno se ha hecho autónomo para poder organizarse según considera mejor. No tenemos que pedir permiso para tomarnos unos días de vacaciones, más que a nuestros clientes. Y aquí es donde muchas veces viene el problema, porque es casi imposible encontrar una ventana de días donde a todo el mundo le venga bien. Por eso cogerse vacaciones y seguir conectado es el verano que le espera a muchos autónomos.
Las "trabacaciones" son una trampa. En realidad no es un descanso, sino más bien un cambio de aires. Pero para muchos profesionales son también una oportunidad de acompañar a su familia en sus días de descanso. Aunque ellos tengan que hacer encajes de bolillos para poder atender peticiones de clientes, urgencias y a la vez disfrutar de algo de descanso.
La mayoría de los autónomos no pueden tomarse más que una semana de vacaciones a lo largo del año. Si tenemos la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar y los desplazamiento a las oficinas de nuestros clientes para resolver cualquier problema son más una excepción que una norma, podremos hacerlo.
Y todavía podemos dar gracias a la tecnología, a la mejora de las comunicaciones, al 4G y la extensión de la fibra. Durante gran parte del año puede esclavizarnos, pero en vacaciones nos da un margen de libertad que nos facilita mucho la conciliación de la vida laboral y familiar.
Pero hay que ser realistas y asumir que en alguna situación tal vez tengamos que coger el coche y volver a nuestra ciudad de residencia. O en casos menos graves buscar un lugar donde trabajar tranquilos con la infraestructura adecuada. En este sentido un coworking o un centro de empresas puede ser la mejor solución para ser productivos y solucionar esta urgencia lo antes posible.
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