La Comunidad Valenciana ha sido la pionera en nuestro país a la hora de incentivar a las empresas para introducir un cambio de calado en la jornada laboral como el que significa su reducción para ganar un día más de descanso. Pero ¿por qué se debería subvencionar, o no, la semana de cuatro días desde la Administración?
Son 10 millones de euros los que va a utilizar para las compañías que quieran acogerse al plan piloto. Durante el primer año se harán cargo del coste de este día no trabajado, el 50% durante el segundo año y el 25% durante el tercero. Lógicamente, los empleados siguen cobrando el mismo salario aunque trabajen un día menos.
Del aumento de productividad al reparto de trabajo
De esta forma se compensa a las empresas que tienen que contratar más personal para equilibrar horarios y menos tiempo de trabajo. Es un incentivo más que una compensación, en el caso de que se cumpla el paradigma prometido, un empleado más descansado será más productivo durante los cuatro días y compensará de esta forma la reducción de jornada.
Pero no en todos los sectores se va a ser más productivo. Y desde la Administración se entienden estos planes pilotos como una tractor que ponga el debate encima de la mesa, que las empresas vean que es posible y además se reparta el trabajo.
Esta si me parece la variable más interesante, aunque no tengo claro que para lograrlo no se tengan que tocar los salarios. Por ahí si está clara cómo puede ayudar a tomar la decisión, ya que no va a suponer un sobrecoste implantar este tipo de jornada.
Y el incentivo no es solo para la empresa, que dispone de más plantilla para poder cubrir posibles contingencias que puedan surgir al mismo coste. Lo es sobre todo para los empleados, que con el mismo salario acaban por trabajar un día menos. Más descanso, menos gastos en trasporte o comidas fuera de casa. Porque si se toca el sueldo, como en Telefónica, acaba en fracaso.
¿Gasto o inversión?
¿Para la Administración es un gasto o una inversión? Pues si cumple con el objetivo de consolidar la semana de cuatro días en la empresa y generar más empleo será una buena inversión. Lo tiene difícil, en una cultura empresarial donde hasta no hace mucho el presentismo estaba muy arraigado.
Vería más viable dar el primer paso hacia una jornada continua, para después pasar a una jornada de 35 horas, un camino que ayuda a conciliar, a no extender los horarios y ayudar a ganar calidad de vida. Pero esto plantea un debate a largo plazo tranquilo y sosegado, algo que no se estila entre los políticos en nuestro país.